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In extenso (panbolivia.com) 10 de marzo 2020, Oruro.- Un nuevo caso pone en brete a las autoridades de la ciudad de Oruro y virtualmente van al revés de las manecillas del reloj, cuando en la semana se supo de un otro infectado al margen del primer grupo que ya estaba fuera de peligro, lo que ha provocado investigar a los contactos que tuvo el paciente en esa región.
Ya habían apasiguado el peligro de la enfermedad china, aunque con cierta reserva, ya que preveían la posibilidad de un rebrote de contagio entre los pobladores, que por momentos y ante el supuesto de haber controlado la pandemia circunstancialmente hacía falta implementar algunas previsiones entre los ciudadanos que estuvieron en encierro secante, pero que al parecer no fue suficiente, pues el nuevo caso, hace que puedan retroceder en sus medidas.
Sin embargo, Oruro para llegar a un encierro total tuvo que tardar, ya en el inicio, un grupo reducido de masistas comerciantes acecharon a la mayoría de los orureños, poniendo en peligro a la mayoría de los habitantes.
TRANSPORTE PESADO
A eso se sumó que la frontera se había cerrado de manera parcial, ante el reclamo persistente del transporte pesado boliviano, que tampoco cumple con las medidas sanitarias del país, ya que no fumigan sus camiones, trailer y menos la mercadería que llevan y de hecho era dirigido a diferentes ciudades de Bolivia, entre ellas Oruro.
BOLIVIANOS DEL EXTERIOR
Pero aún hay más, varios bolivianos en la frontera boliviano-chileno, quedaron cesados en sus trabajos en el sector norte de ese país, decidieron retornar a Bolivia, cuando en las regiones ya estaban en cuarentena y las autoridades del gobierno nacional, tomaban las precauciones para cuidar la salud de los habitantes del territorio.
De manera irresponsable y presionados los bolivianos en Chile, inicialmente, pretendían llegar a sus regiones, pero el gobierno dispuso que primero tenían que hacer una cuarentena en la frontera por 14 días, aspecto que no fue del agrado de los más de 450 bolivianos que estaban en el sector chileno, pero al final y a regañadientes aceptaron y actualmente se encuentra en el campamento denominado “Tata” Santiago en homenaje al santo de esa región bolivianas.
El descontento en este primer grupo quiso ser capitalizado por activistas masistas inescrupulosos que intentaron canalizar para generar un caso entre los trabajadores bolivianos, pero que llegado el momento no prospero, pese al apoyo de políticos legisladores del MAS desde la sede de gobierno.
CONSPIRACIÓN
Como si fuera poco, mientras Oruro cuidaba sus pocos infectados y casi saliendo de la cuarentena, abren la frontera para el paso de vehículos del transporte pesado y comienza descontrolarse el paso por carreteras de la región e incluso a la ciudad de Oruro llegaban una serie de vehículos con mercadería y sin control alguno, donde los únicos beneficiados eran los comerciantes mayoristas que estaban metiendo mercadería de todo tipo, ante el poco control fronterizo y la mayoría de la ciudad estaba cumpliendo de manera estricta las medidas y otras están haciendo negocio.
Par el colmo, otro grupo de bolivianos llegaron a pie desde el norte de Chile hasta la frontera, con el criterio de retornar al país, aunque daba la impresión que la caminata que efectuaron los bolivianos, fue más, para que el pase al país sea más sencillo y sensibilizar a las autoridades de la cancillería, pero esas “condiciones” no afectaron a la posición del gobierno y se mantuvo de cuidar la salud de los habitantes de Bolivia.
Una vez en la frontera, se mezclaron agitadores terroristas pagados del MAS entre los trabajadores en ese país y pretendieron pasar sin control sanitario alguno por la región de Colchane, donde estuvo el ejército boliviano evitar la ilegalidad y los agitadores provocaron una serie de enfrentamientos y donde salieron varios heridos e incluso quitaron un arma reglamentaria a los militares.
Luego serían identificados los agitadores, siendo que efectivamente eran masistas pagados por sus jefes que intentaban conspirar contra los bolivianos y su cuarentena para genera un caos en la pandemia.
Ese grupo no pudo pasar la frontera, ya que lo estaban haciendo de manera ilegal, sin respetar las normas de su país de origen y poniendo en peligro a más de 11 millones de bolivianos.
Para esos días (primera semana de marzo 2020) este segundo grupo aproximadamente más de 300 personas no pasó y unos cuantos lo hicieron y fueron a para a Oruro y detenidos.
En la actualidad son más de 700 personas que esperan en frontera para retornar a Bolivia, pero no existe las condiciones para que realicen el aislamiento de 14 días al igual que el primer grupo, pues requiere de todo un movimiento poco usual, se trata de trasladar o armar todo un barrio con las comodidades básicas, cuando las autoridades están concentradas en otras regiones que corren peligro por la enfermedad china.
Esto al final fue un caldo de cultivo para que los masistas agiten a los jóvenes trabajadores en Chile, que les hicieron cometer el error de forzar su retorno ante un peligro manifiesto que nos les interesa a políticos que fracasaron en el pasado y aún pretenden utilizar a un pequeño sector de los bolivianos y ese es el panorama en el cual se movió Oruro y los ciudadanos nuevamente están preocupados.eh/rc