In extenso (panbolivia.com) Cochabamba. Una inspección del 2018 en el río de la Cuenca de Taquipaya mostraba que era imposible controlarlo, debido a que al margen del agua que arrastra por lo general lo hace con piedra gigantes y lodo, producto del desprendimiento de los cerros en la parte de la cordillera, salvo que aplanen los cerros. Entretanto los habitantes que ocuparon el playón de sedimientos, caída natural del río, seguirá viviendo con el Jesús en la boca.
Este 2020 nuevamente se presentan la misma situación y cada vez es lo mismo para los residentes que invadieron el dominio del río y que el curso del río es difícil de canalizar y menos solucionar, Anteriormente las autoridades engañaron y mintieron a los habitantes, anunciando que se iba solucionar, Ahora el tiempo da la razón t el tema de la Cuenca de Tiquina no tiene solución, y en cualquier momento se activará nuevamente.
Otros vecinos se quejan de que las autoridades no hacen nada y que no dan soluciones y que no duermen cuando llueve, ya que están pendientes de una nueva riada y cuando se le pregunta del ¿por qué no se van de la zona? La respuesta es más económica que conservar su vida “alguien tiene que devolverme mi inversión de mi casa o caso contrario no me voy” afirman. Y cuando se cuestiona del por qué construyeron en el lecho del rio y que estaba prohibido “así nos vendieron” y responsabilizan a gestiones anteriores del municipio, gobierno, colaboración externa e incluso a loteadores. Las viviendas no son de tan gente pobre, se trata de clase media.
CERCA DEL RIO
En esa oportunidad 2018 el rio fue ensanchado con caída preferencial hacia la derecha no tanto a la izquierda (pero no quiere decir que a futuro no afecte, no existe ninguna garantía) visto desde la cuenca superior, pero en ambos lugares la gente comenzó a reconstruir sus viviendas, como desafiando a la naturaleza y a escasos metros del mismo rio o quizás la razón sea presionar a las autoridades para que les “devuelvan la inversión” aunque muy probable puedan ayudarles.
NADIE GARANTIZA
Pese a las obras que se realizan en el rio, los encargados no garantizan que las obras puedan detener una nueva riada del río de la Cuenca Taquiña, pues la historia demuestra que ya sucedieron estos fenómenos, aunque no muy frecuentes, pero que no existen tiempos para que se repita, especialmente cuando la naturaleza toma otro rumbo de lluvias y en cualquier momento provoca desastres.
Por lo que se puede advertir y las explicaciones, el sector es vulnerable a un nuevo desastre a futuro estén las viviendas habitadas o no. Pero que las autoridades se abstienen de decirlo públicamente por temor a que comenten “nos niegan ayuda, negligentes, inhumanos” y otros que políticamente fueron direccionados para calmar el asunto…pero que no quieren anunciar que controlar o embovedar el rio Taquiña es imposible y en consecuencia no tiene solución y la única es que los vecinos despejen el lugar, caso contrario dentro de pocos nuevamente estaremos escribiendo otro desastre en la región.
ENTRE ANCHO Y ANGOSTO
La Cuenca nace en la Cara del Indio, ubicado entre medio de dos cerros, pero que tiene una vertiginosa caída en zigzag por la altura de las montañas y arrastra bastante sedimento por la humedad de las lluvias y que toma su cauce por el río Taquiña.
Pero en el nudo o cuello es donde presiona el agua y el sedimento para luego expulsar con fuerza al playón que demuestra que durante cientos de años ya sucedió, pues la región es como un abanico abierto (se expande) no toma un curso de río y es donde los vecinos construyeron sus viviendas y en caso de hacerse un estudio en adelante se puede conjeturar que la mayoría de las viviendas están encima del sedimento de rio que se acumularon en los cientos de años, pero lo extraño las casas están por debajo de la altura del río.
El playón se reduce aun un riachuelo mentiroso que efectivamente baja en dirección a la ciudad, pero más abajo el río desemboca en un embovedado angosto, donde también existen construcciones y corren peligro.
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