A 3800 metros sobre el nivel del mar, en la región de Yanari, al sur de la ciudad de La Paz, un grupo de personas se dedican al Parapente, para algunos un entretenimiento y para los que practican de manera constante un deporte extremo, que se dedican a volar comercialmente en mono-plazas y bi-plazas, cuando se los contrata.
Partimos del estadio a las 6.30 horas de la madrugada, en medio del frío paceño, horario en el cual apetece una exquisita Llaucha (empanada) y sin duda, uno de los grupos inició su jornada de esa manera para luego recorrer casi dos horas hasta la población de Yanari que cuenta con una pendiente de 1200 metros, además de tener una de los mayores sembradíos de Tunas por el camino de tierra en el municipio de Mecapaca.
A los costados se puede apreciar las plantaciones y frutos a la mano, aunque el premio para la práctica del Parapente está en la parte superior del cerro. En medio de sembradíos agrícolas se ubicó un primer grupo de tres jóvenes; dos de La Paz una mujer peruana, que llegó desde su país para hacerlo por primera vez, asumiendo que el vuelo es más barato y lo es.
Son pocos los grupos que se dedican a esta práctica, ya que se requiere efectivamente de mucha experiencia de los instructores para volar con los seguidores del Parapente, en su mayoría vuelan jóvenes entre mujeres y hombres, luego vienen los mayores, según las estadísticas de los mismos instructores que informan que repiten el aire todos los días y los fines de semana con más frecuencia.
EN EL AIRE
Despliegan y ordenan con mucho detalle el Parapente en el suelo, entre que explican a los circunstanciales clientes que esperan con nervios y curiosidad en el rostro, mientras esperan vientos favorables para volar y que llega el momento de hacerlo y sin pensar se ven corriendo al vacío de la pendiente y en el aire continúan las instrucciones, disfrutando del paisajismo de la región y rio Abajo.
Entre giros y rectas se va de bajada, observando en el fondo y en el infinito el Illimani, Mururata y el mismo Huayna Potosí, nevados andinos que le dan un plus al vuelo de los jóvenes e instructores. Luego de minutos estas en la parte baja, a orillas del rio y claro los comentarios no faltaron y las mismas impresiones “muy, hermoso y se vuelven muy corto el vuelo, a más de uno se le movió el estómago de los nervios, pero al final valió la pena, con lo cual concluyeron una jornada diferente y de mucho vértigo, comentan.
EL MAS EXPERIMENTADO
Edgar Martínez Carreño, quizás uno de los más experimentados de esta práctica, revela que fue él quien incorporó los vuelos Parapente “Me inicie en 1993, En La Paz desde el 2002, soy el generador del Parapente en La Paz. Comencé con alas Delta por los años ´70, después aviones y ahora me dedico a esto”.
Consultado sobre el riesgo que tiene la práctica, dijo que no existe, si es que se hace dentro los parámetros establecidos, por ejemplo, volar entre los 50 y 60 kilómetros uno se puede matar, pero si volamos con los márgenes correctos, no tendría que pasar nada y cualquier persona puede volar y la gente que desea puede hacerlo en los bi-plaza “La mayoría de los instructores de La Paz, aprendieron conmigo y volaron, debe ser un 90% de ellos”.
Martínez califica como un deporte la práctica “Claro no es como el fútbol de multitudes, pero tampoco de élite, si restringido, pero no por lo económico, ya que las estadísticas no dicen que viene gente de los barrios populares y de El Alto y La Paz, hay que sumar a los ciudadanos de diferente condición”.
EN YANARI
Los vuelos se realizan entre medio de los Pueblos de Alto y bajo Yanari, muy concurrido, especialmente por los vientos muy favorables entre caliente, húmedo y frío, siendo que rio Abajo, regula esas condiciones.
Pero al margen, existen otras regiones muy apetecidas como Coroico, Irupana y Sapahaqui que técnicamente tiene excelentes condiciones, pero muy distante de la ciudad, lo que dificulta su frecuencia “Tengo una escuela en Patamanta, camino a Copacabana y es necesario, ya que somos un país de mucha montaña y en cierta forma se está volviendo comercial, porque de algo tenemos que vivir, pero es accesible económicamente. Se enteran por las redes sociales y vienen, comparativamente con Chile o Perú aquí es muy barato e incluso en Sucre, donde también se vuela, es un buen costo”.
CON MUCHA EXPERIENCIA
Maicoy Méndez, uno de los contactos de Parapente, aseveró que comenzó con un monoplaza (solo) y luego el bi-plaza (dos personas), luego te conviertes en instructor y puedes hacer vuelos comerciales y llevar a otras personas “Hay riesgos, depende mucho del instructor como también de las personas con quien vuelas, pero es importante tener mucha confianza y para ello hay que volar todos los días y eso hacemos comercialmente. Por lo general la gente nos contacta y subimos a volar. Los precios van desde los 400 bolivianos hasta 500. Nos pueden ubicar como Sky Word Aventure en el internet o caso contrario en algunas agencias de turismo. Tenemos instructores con mucha experiencia.
NO HAY QUE DISTRAERSE
“Estoy dedicado hace 13 años, la primera vez vi y me gustó, fue durante un peregrinaje a Copacabana, inicie los cursos de capacitación y hasta el momento sigo”, sostiene Boris Fernández, explicó el parapentista, que ahora pone al servicio de otras personas su experiencia, pues los clientes no dejan de utilizar estos vuelos, algunos seguramente para experimentar, curiosidad, entretenimiento, relajamiento, cada uno que vuela tiene diferentes motivaciones llegado el momento.
El parapente calificado de alto riesgo, sin embargo, cuando ya es frecuente, esa situación se minimiza y es normal el riesgo que corren, pero hace mucho la práctica “Hay días que estamos más distraídos que otros y no mides el riesgo y no faltan los incidentes, gracias a Dios no tuve muchos, si algunos raspones y una caída que no tuvo grandes consecuencias, pero en los 12 años fueron días felices, cada vuelo es distinto y una nueva experiencia, como hoy que lo hice como mi esposa”, señala.In Extenso (IE) ABRIL 2017.