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In extenso (panbolivia.com) junio de 2020, La Paz.- Luego de casi 8 meses y haber cumplido con los requerimientos de la aseguradora Fortaleza de Seguros y Reaseguros, se repuso de manera oficial la póliza de seguro de un monto estimado de 11,7 millones de dólares, equivalente a algo más de 80 millones de bolivianos, compensando de esta manera la destrucción de los 66 buses Pumakatari el pasado 10 de noviembre de 2019 denominada como la noche de terror para los buses paceños.
Terroristas masistas y seguidores chóferes, quemaron 66 vehículos durante la convulsión social racista, cuando al mismo tiempo Evo Morales renunciaba y se escapaba del país.
Destacar el hecho, debido a que se trata de un hecho público significativo de gran beneficio para los paceños y que ahora más que nunca cumple una gran función en el transporte local durante las cuarentenas flexible y el tiempo que funciona.
El pago del seguro se hizo en el tiempo prudente, como declaró el gerente general de Fortaleza, Patricio Hinojosa. Se trata de 66 buses Pumakatari que fueron quemados y destruidos durante los actos vandálicos de masistas acaecidos tras la renuncia de Evo Morales.
En esa oportunidad uno de los activistas fue el autonombrado titular de la Federación de Juntas Vecinales (Fejuve) y ex candidato a diputado por el Movimiento Al Socialismo (MAS), Jesús Vera, remitido en su momento a la cárcel como presunto instigador de los hechos.
Fue grato saber que el monto entregado al municipio será destinado nuevamente a la compra de otros 66 buses para reponer el parque automotor del transporte público municipal que con recursos de impuestos de los paceños se adquirió y que dentro de poco estarán nuevamente en circulación por diferentes rutas de la ciudad de La Paz.
Los vehículos Pumakatari han provocado una gran aceptación por parte de los paceños, debido a que realiza un excelente servicio frente a los minibuses que pecan de antihigiénicos, maltrato y al parecer desaparecerán en el tiempo, debido a la incomodidad de sus habitáculos.
CÓMO NO RECORDAR
Una violenta noche fue el escenario perfecto para que seguidores del MAS entre dirigentes y choferes, asechen a las 22.00 horas del 10 de noviembre y parte de la madrugada del 11, cuando los parqueos de vehículos Pumakatari de Chasquipampa y Achumani fueron atacados con “bombas” molotov por decenas de personas afines al Movimiento Al Socialismo (MAS) que se habían concentrado con la mala intención de generar terror y daño. Mientras los vecinos trataban de evitar la arremetida de masistas, tras la renuncia de Evo Morales a la presidencia.
La agresión violenta, provocó el incendio de 66 buses que se encontraban estacionados a un costo de 11,7 millones de dólares.
La Paz vivió una noche de terror protagonizada por algunos dirigentes, militantes, delincuentes y vándalos que dañaron la propiedad de los paceños, además de viviendas particulares aledañas, amenazando incluso al actual alcalde Luis Revilla.
Por la madrugada del 11 de noviembre, las imágenes revelaban fierros calcinados y retorcidos y un panorama sombrío de la maldad y el odio que tienen estos grupos masistas y que fueron en contra de la mayoría que luchó para sacar al dictador e ignorante gobernador Evo Morales, que terminó escapándose con el entonces vicepresidente Álvaro García, extraendo dinero del Banco Central de Bolivia.
ZONA SUR
Durante las refriegas la zona sur de la ciudad de La Paz, fue el centro de mayor ataque por parte de los masistas, bajo el concepto de barrios de “ricos” estereotipo que fue alimentado por los politiqueros masistas en una actitud que había sembrado el odio, racismo, clasismo, envidia, dividiendo a los paceños y bolivianos, que ahora pretenden hacer olvidar.
Se trataba de un ataque programado y terrorista, en coordinación con varios sectores, pues era evidente el rechazo al servicio de transporte público municipal que provenía con anterioridad del sector de los transportistas sindicalizados, que supuestamente les hacía competencia y evitaban por cualquier medio rompan el monopolio de sus servicios, poniendo en tela de juicio incluso al sindicato Litoral, ubicado en Obrajes.
Los vecinos que fueron testigos del hecho, vieron quemarse los buses ante una llamarada de juego impresionante y que se podía ver desde cualquier lugar de la ciudad de La Paz.
A los 66 buses, otros 28 buses quedaron dañados y que la póliza cubrió el destrozo, que luego de meses finalmente el parque automotor será completado.
AL DETALLE
El 10 de noviembre, un grupo de personas armadas con palos, piedras, bombas molotov, bajaron por la calle 54 de Chasquipampa, convocando a los vecinos ante una marcada resistencia y de rechazo a los vándalos, que ya tenían todo planificado para incendiar los buses, que sin dudar se dirigieron al garaje de los buses.
Los terroristas llegaron a la calle 53, altura del puente Kupillani, y desde, donde comenzaron a arrojar piedras, petardos al interior del parqueo del garaje de los buses Pumakatari, que no tenía mucho control, debido a que los vehículos eran estacionados luego de cumplir sus turnos de trabajo. (del libro inédito y a publicarse dentro de poco. La Caída de Evo Morales, Bolivia, Dijo No).
El grupo de ayudantes, choferes, masistas, que según se supo les pagaron para realizar el incendio y aterrorizar a los vecinos que estaban en vigilia en las calles con las barricadas de día y noche en los distintos barrios.
Del grupo mayor se dislocó otro que ya tenía planificado el incendio previamente y trató de mimetizarse entre la turba y se dirigieron de manera disimulada con protestas y gritando lograron ingresar al garaje, trepando la malla y arrojando botellas de gasolina en el interior incendiaron los hermosos buses que se hallaban en el garaje da la zona sur, se podía observar que eran avezados maleantes que fueron contratados y junto a los masistas generaron una panorama de terror al quemar los buses, en medio del asombró.