D´bolea (panbolivia.com) 19 de marzo.- Hinchas de algunos clubes bolivianos de la División Profesional, son una “fábrica de descontento” y creen que sus equipos no deben perder nunca y que apoyar o adquirir una entrada les da el derecho de cuestionar las decisiones de los dirigentes y el cuerpo técnico, cuando en realidad son los jugadores quienes terminan disputando los partidos del torneo profesional boliviano y también son responsables de las derrotas, triunfo o quizás empate.
Los técnicos de fútbol en Bolivia y el mundo deben enfrentarse a una serie de cuestionamientos de gente que incluso no conocen, lo que la convierte en una actividad efímera e inestable, insegura y con riesgo, tomando en cuenta que tan solo es una actividad de entretenimiento, pero que genera miles de dólares en 90 minutos.
Los hinchas, seguidores de un club o fanáticos, grupo heterogéneo de personas que persiguen solo victorias y no consideran derrotas, porque creen en la perfección de un grupo; superioridad, narcisos con identificación de un club de su región.
Estos imperdibles fanáticos del fútbol en el mundo provocan una serie de conflictos de intereses entre jugadores, dirigentes y técnicos, y la excepción no es Bolivia, ya que pueden incidir en las decisiones de contratar un técnico o quizás jugadores y si no lo hacen chantajean con no asistir a los estadios y en consecuencia bajan las recaudaciones, pero los dirigentes ya se aseguraron de que eso no ocurra, pues firmaron con canales de TV-Cable transmitan los partidos en vivo, por lo que asistencia de los hinchas al estadio pasó a segundo plano.
MERCADO PEQUEÑO
Sea como fuese el mercado de los técnicos es muy pequeño, pues en Bolivia tan solo se tiene 14 equipos “profesionales”, donde cada club tiene la presencia de 6 jugadores extranjeros en perjuicio de los nacionales y al final estas disposiciones demuestran que no les interesa promocionar jóvenes para la selección, pero si recaudar dinero fresco y al instante.
Los resultado son los cuentan y no la buenas o malas explicaciones, esta es una de las razones para que los técnicos “vuelen o sean volados” de sus cargos, ya que a la mayoría nos les acompaña los triunfos…se puedes decir que el promedio de tolerancia están en el promedio de 2 a 3 partidos de derrota y luego relevados.
Durante la temporada de fútbol los se mueven más los técnicos, ya que están expuestos a los malos o buenos resultados que logren. Al final quienes juegan son los futbolistas en el campo de juego y que ellos son co-responsables del buen o mal juego, en resumen, del resultado.
Normalmente los técnicos dirigen, preparan, ensayan y hacen de todo por ganar dinero en el tiempo corto que están en un club, ellos lo saben, es por eso que sus cobros son altos y con la idea de que probablemente en un buen tiempo estarán desocupados.
“SABOTAJE”
Encima y aunque no es agradable, pero los jugadores tienen sus dispositivos para “sabotear a un técnico”, sin ser muy honesto de su parte, pues conforman camarillas entre sus compañeros, se dividen en grupos “roscas”, compadreríos, grupos de extranjeros y nacionales, grupos mixtos o individuales que desembocan en el éxito para un resultado e incluso se agrupan por el gusto a la bebida, comida, música.
Estas actitudes rodean al éxito de los equipos, además y también el técnico debe caerles bien a los futbolistas, caso contrario no podrá lograr el objetivo de obtener triunfos.
De no caerles bien, el “sabotaje” empieza, la rosca de futbolistas comienza a bajar su rendimiento, no coordinan el fútbol, fallan goles hechos, buscan lesionarse, buscan hacerse expulsar, las razones para este comportamiento van desde que no le dieron permiso hasta que la bronca de estar de suplente todo el tiempo. Estas actitudes son comunes entre los jugadores, pero que no se animan a revelar los técnicos y menos entre los futbolistas, algo así como un código del silencio.
También afecta los miramientos entre jugadores experimentados y los jóvenes entre medio que se juegan: pasiones, sentimientos, objetivos y otras actitudes, pero que afectan al objetivo final, ganar.
Es en el campo de juego al final, donde se sabe cuál es el resumen del trabajo que realizan durante los entrenamientos diarios, qué en muchos casos, no reflejan esa realidad, porque los jugadores son quienes toman el curso de un partido para sacar a flote o caso contrario perder.
Entonces los técnicos están coartados en su actividad u objetivo final y dependen mucho de la decisión de los jugadores para lograr un título, ganar partidos o perder, no solo es responsabilidad del técnico.
Los último, fue el caso del Néstor Clausen que terminó siendo gritado en la calle por los hinchas “santos” de San José de Oruro. Antes de su contratación los futbolistas estuvieron de mala leche con el argentino, porque la actitud de los hinchas marcó la suerte del estratega, y los resultados tampoco fueron de los mejores.
Antes de que llegue ya había mal clima de parte de los jugadores como de los hinchas. Para el colmo se hace cargo William Ramallo, goleador de las eliminatorias del 1993 y los resultados no fueron muy alentadores y el chileno recientemente contratado tampoco hará milagros.
“NUNCA PERDER”
En la mayoría de los hinchas existe el concepto de que su equipo nunca debe perder, la excepción no es San José, ¿por qué es el campeón no debe perder partidos…error”, la posibilidad también es que empate o pierda.
Hay de los otros hinchas, los que gustan y disfrutan del fútbol, pero no siempre satisfacen sus ansias de que su equipo gane, en muchos casos salen frustrados por el resultado y los curiosos que de manera circunstancial van a los escenarios.
El fútbol no solamente es lo que uno observa, corretear a 22 jugadores de detrás de un balón en un campo de juego y los tres jueces que escenifican la ley en vivo y la acción de sanción que disfrutan los hinchas y como tal, como ser humano también es un cúmulo de sentimientos encontrados o de satisfacción plena.
CAMBIOS Y MÁS CAMBIOS
En los últimos meses cambiaron técnicos ante el descontento de los hinchas, en Sport Boys, Guabirá, Real Potosí, Wilstermann, Blooming, Oriente Petrolero y otros que suman y siguen dejando de lado a los técnicos que no consiguen buenos resultados, en una responsabilidad, que debería ser compartida con los jugadores, pero que en nuestro medio los técnicos terminan pagando los “platos rotos” y se aplica la frase “es mejor renunciar a uno cuantos, que a los futbolistas”-
De los 14 clubes los técnicos son los que más inseguros en sus cargos y claro dependen de un resultado y del agrado de los jugadores, hinchas y dirigentes. Virtualmente el técnico esta como trapecista y es el que menos tiene tranquilidad para realizar una labor que en muchos casos junto a los dirigentes intentan llevar adelante el equipo.
El 2018 del fútbol profesional de Bolivia empezó con 14 clubes de los cuales seis entrenadores fueron bolivianos, en su mayoría ex futbolistas, algunos con algo de suerte y otros logran consolidarse.
Ocho son extranjeros, en su mayoría argentinos, que son económicos, pero los éxitos en el fútbol nacional que son pobres y mínimos en relación al fútbol de países vecinos, por cuanto los dirigentes deberían pensar en contratar de otras nacionalidades.
El cambio de técnicos es constante en los clubes bolivianos y en los últimos seis años los clubes se manejaron en un promedio de más de cien técnicos en los diferentes equipos y de los cuales la mitad fueron nacionales y el restante son extranjeros con muy poco éxito y virtualmente vienen a probar suerte en los clubes nacionales o ya establecidos.
El Fútbol Profesional mueve 14 técnicos, entrenadores o adiestradores entre brasileños, paraguayos y españoles, peruanos, venezolanos, argentinos, colombianos, chilenos, ecuatorianos, uruguayos, costarricense, mexicano y muy pocos europeos.
TÉCNICOS CON MAYOR ÉXITO
Los técnicos más exitosos son Carlos Aragonés con cuatro torneos: The Strongest (1993), Blooming (1998), Blooming (1999) y Bolívar (Clausura 2006).
El arquero Mauricio Soria, ganador de tres campeonatos profesionales en Bolivia: Wilstermann (Apertura 2006), Real Potosí (Apertura 2007) y The Strongest (Apertura 2011-2012).
Entre los extranjeros con más éxito, es el argentino naturalizado boliviano Gustavo Quinteros, que obtuvo el título con Blooming (Apertura 2005), Bolívar (Apertura 2009) y Oriente Petrolero (Clausura 2006). Jorge Habberger alzó trofeo con tres estrellas (Bolívar: 1987, 1988 y 1996).
ENTRE LA GLORIA Y LA SILBATINA
La gloria puede estar a la vuelta de la esquina o tal vez el abismo, nada es seguro, pues las direcciones de los técnicos de fútbol al igual que los árbitros, pueden ser tan exitosos como de repente expuestos a las silbatinas implacables, insultos hasta recordarles a su familia, pues estos deben extremadamente tolerantes para ganar unos pesos, pero que los hinchas no entienden que muchas veces las derrotas y los triunfos depende de los futbolistas en el campo de juego en un trabajo efectivamente de responsabilidad compartida. (rc/md/f:internet).