D´BOLEA.- El fútbol boliviano vive un torneo acelerado con partidos cada 72 horas de pausa para los partidos y de pronto deben tener una doble plantilla o triple para tener comodines a la hora de contar con lesionados, enfermos, deprimidos, bajo rendimiento u otras muchas razones, a eso se suma la presión de dirigentes, hinchas, quedarse sin trabajo sino rinden, desembocando en el estrés de los entrenadores.
Es todo un mundo de circunstancias que hacen al fútbol u otras disciplinas deportivas, en el fútbol es importante el resultado de un partido, la posición de un jugador, el diseño de un esquema, el ánimo del plantel, el análisis de un rival, la planificación de una pretemporada y decenas de otras tareas y preocupaciones conviven en la cabeza de un director técnico.
En Bolivia hasta el momento en el torneo Clausura ya «volaron» más de cinco técnicos por bajos resultados o «renunciaron», y esta dicho que esta profesión debe ser la más inestable en el país, yan que de repente te quedas si trabajo.
Claro, todo se potencia y se vuelve aún más estresante con la alta exposición, la presión y la extrema presión de dirigentes e hinchas, convirtiéndose la profesión de técnico en una labor de alto riesgo para la salud.
En Bolivia no sabemos hasta el momento de algún técnico que se haya enfermado por la presión de los futboleros en medio de la alta competencia o es que se mantiene en «secreto» o será un mal antecedente estar enfermo por estrés o físicamente, quizás los dirigentes tengan ese concepto erróneo de «no es bueno contratar un técnico con esos problemas», pero que de hecho se puede ver en las actitudes de los técnicos en Bolivia, cuando dirigen los partidos oficiales del torneo Clausura de veteranos extranjeros, que para el colmo no promocionan jugadores jóvenes bolivianos.
Los técnicos viven estresados en Bolivia, ya que no existe la alternativa perder un partido al contrario apuestan por el triunfo, caso contrario los «vuelan» del cargo y es una de las razones que los clubes cambian como camisetas a los adiestradores y esto no es solo en clubes sino también a nivel de selecciones de ahí los contratos cerrados económicamente e incluso con indemnizaciones en medio.
Nadie se preocupa del estrés que puedan tener los entrenadores y en cuánto influye el estrés, cómo afecta la presión en la vida y la salud de un técnico, de qué manera deben reaccionar los clubes en situaciones así, son algunas de las incógnitas que surgen rápidamente.
Los que trabajan en el fútbol saben que ser técnico es terriblemente estresante. Quizás, mucha gente lo minimice, pero es determinante. El fútbol es la mayor expresión social que se tienen y el técnico no tiene hinchada propia, salvo que haya ganado varios títulos, que no necesariamente es un aval, peor una garantía de algo.
Esta claro que las obligaciones del trabajo hacen que a veces el entrenador no siga de cerca su salud, como diciendo «nunca nos pasan las cosas, cuando se trata de su salud».
El fútbol boliviano está enfermo por «resultadista», de ahí los despidos, en Bolivia y seguro en otras regiones ser er DT es como estar en un patíbulo: no se puede planificar nada por el poco tiempo y se convive con la presión de dirigentes, hinchas y resultados.
Ya esta demostrado que si pierden cinco partidos o menos los echan. Esa falta de paciencia, más la ansiedad, presión y miedos, porque el entrenador tiene temor a fracasar, hacen todo muy difícil. Y encima sobran entrenadores y faltan lugares. Esa situación termina pagando la mente y el cuerpo”.
En el medio de este panorama «terrorífico» que envuelve a los entrenadores, las acciones y decisiones de la dirigencia y los alrededores repercuten. “Nadie se enferma por una sola causa, pero una de ellas es el estrés. Son las reglas del juego, pero algunos las manejan o soportan mejor que otros o por lo menos asimilan con frialdad la realidad.
Hay algunos casos como la de Julio Zamora vivió una situación muy triste que mientras dirigía Real Potosí de Bolivia, sufrió dos infartos cerebrales, tan solo como referencia y ejemplo.
El asunto al parecer esta «camuflado» y no se toca entre los técnicos o menos se conoce de algún técnico enfermo por lo menos tienen estrés, pues de pronto todos los técnicos de los 16 clubes aparentan estar «sanos» y la única forma de observarlos y delatarlos es cuando dirigen los partidos oficiales, donde gritan, insulta, mierdean, arrojan botellas, se molestan con su banca, árbitros, líneas, hasta el cuarto árbitro paga los platos rotos.
Ahora hay de los otros que le vale un «pito» si pierden o ganan y son los técnicos indolentes y por lo general son los más experimentados y viejos, que no enfocan su objetivos en los resultados sino en tener un buen contrato y si hay buenos resultados bien sino también, ya no les afecta el estrés y dirá «hay que seguir trabajando».
En resumen los entrenadores de fútbol son PERSONAS que saben de fútbol y dirigen a PERSONAS que juegan al fútbol ¿es tan difícil entender?
(panbolivia.net/WordPress) 20/8/22, La Paz.
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