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Inextenso (panbolivia.com) mayo 24 de 2021, La Paz.- La justicia rechazó el Amparo Constitucional que impuso el dirigente Robert Blanco contra la Federación Boliviana de Fútbol y cayó en su propia trampa, quedando colgado y se destraba el asunto. Ahora programan los próximos partidos del torneo futbolero de los 16 clubes que nuevamente quedaron divididos y lo seguirán en un quo vadis (¿a dónde vas?) fútbol boliviano.
El separatismo de los clubes entre dirigentes cruceños y el resto que son la mayoría tendrán que ser tolerantes entre ellos, caso contrario perderán dinero de la Conmebol y la FIFA, por cuanto no les conviene seguir en riñas de chicanas de abogados que no conocen la reglamentación internacional del fútbol que mantiene su independencia ante las leyes de cada país y menos soporta la intromisión de los políticos.
Nuevamente rodará el balón en los estadios bolivianos del país, ya que el mismo estuvo parado desde el pasado 12 de mayo y nada tuvo que ver los escenarios menos los jugadores con las exigencias que realizan a través de Fabol que cada vez que quiere paraliza las actividades del entretenimiento del fútbol.
Pese a la pandemia los partidos se fútbol se estuvieron desarrollando y por un grupo de ambiciosos de dinero y poder dentro del fútbol se creó un conflicto, entre el comité ejecutivo de la federación y el dirigente Robert Blanco que al final quedó mal parado y perjudicó al ya pobre espectáculo que muestran los clubes que están de bajada y deben ingresar en una terapia intensiva de actitud de los dirigentes que ven dinero fácil y pueden hacer cualquier cosa por apoderarse también fácil.
Los futbolistas sin mea culpa, vieron el acontecimiento desde las graderías y fueron los dirigentes que jugaron en el campo de juego y estuvieron de ser goleados ambos sectores en pugna y claro uno de ellos tuvo que perder por goleada y ocultar su ambición detrás del arco o algo peor casi consiguieron “pinchar” la pelota y manchar las camisetas del fútbol nacional, pues quienes se queden a dirigir el fútbol tendrán que ver al fútbol con otra visión de fortalecer esta actividad que es totalmente frágil y no ver como un negocio personal o de algunos.
En Bolivia la pelota dejó de bolear porque Fernando Costa y Robert Blanco fueron por la presidencia de la Federación Boliviana de Fútbol, pero que un congreso eligió al primero para asumir el cargo con el apoyo de la mayoría de los clubes, entre medio el bloque minoritario de clubes, quedaron en el camino, como el caso de los dirigentes de los clubes cruceños que no le agrada que la FBF sea manejada por dirigentes de otros clubes, intentando mostrar una cierta hegemonía infundada y con una actitud comercial por poco destruyen el fútbol, que viene venido a menos de 1994, cuando Bolivia fue al Mundial.
Desde ese año, los clubes decayeron y los logros con simples aproximaciones al éxito, por lo general son actuaciones mediocres a nivel internacional, ya que no logran consolidar su juego en las representaciones de Copa Libertadores de América y la Copa Sudamericana y tan solo se quedan “casi” ganamos, clasificamos o algo peor contratan vejestorios como refuerzos, creyendo en la vieja fórmula de asumir que con veteranos se logran campeonatos, cuando en realidad una combinación con preferencia juvenil es lo más conveniente, ya que el fútbol actual es de velocidad, donde el trajín no es soportados los “experimentados”.
Mejor ni hablar de la selección boliviana, que seguirá jugando los partidos de le Eliminatorias de Catar-2022, cuando la verdad, esta eliminado y simplemente jugará por cumplir y no perder su estadía en las eliminatorias, aunque el técnico sigue vendiendo “charque” a los dirigentes, porque los que saben de fútbol están conscientes de que el seleccionado ya nada tiene que hacer en ese certamen.
Por supuesto que de nadie es el deseo. Pero es la realidad y eso es producto de la inconducta de los dirigentes de clubes, asociaciones, y la misma Federación Boliviana de fútbol que no se da respetar, porque no potencia económicamente la máxima entidad. (rc/