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In extenso (panbolivia.com) mayo de 2020, La Paz-Bolivia.- Los pobladores de Quilima la identificaron a la región como Pintatani (pintado), donde se encuentran los pictogramas probablemente Q´eswas (Quechuas de la Cultura Inca), ubicado en un farallón de rocas extensas en la parte más alta, desde donde se puede observar parte de la población y el Lago Titicaca, perteneciente al municipio de Carabuco en el departamento de La Paz.
Es la segunda vez que ingresamos a acampar con Fernando Siñani, quien desde niño y junto su abuelo, vieron por primera vez estas imágenes, que la verdad no podemos especificar la data y menos descifrar el mensaje, pero se asemejan a los tejidos de los Q´eswas. Fue una dura caminata a campo traviesa, pero que bien valió la pena.
Las pocas construcciones que quedan develan su forma de vida de alguna manera, pues las tarrazas muestran que fue una comunidad entera que habitó este lugar distante de la ciudad, aunque el sitio es antes de la fundación paceña, claramente de puede evidenciar por lugares de sembradíos y su conexión con el Lago Titicaca. Sin embargo, habría que realizar excavaciones que podrían revelar más datos.
Habíamos acampado a pocos metros de la inmensa roca, no estábamos muy seguros, debido a que caminamos en medio de un desfiladero de rocas y el único punto de orientación es el Lago, en la parte baja del lugar. Por la noche soportamos una tormenta con fuertes relámpagos en el sector de la cordillera del Lago.
Por la madrugada, buscamos las pinturas en medio de las vizcachas (conejos) y las ubicamos en medio de un pajonal y al parecer muy pocas personas ingresaron, aunque las pintarrajearon las imágenes rupestres sin haber tomado en cuenta el valor que tienen esas para la cultura boliviana y su misma región, al parecer son jóvenes los que infringieron el daño, porque son dedicatorias.
DOS LLAMAS
Luego de haber encontrado las pinturas, nos preguntamos, si es que había otras pinturas en la región, entonces nos dividimos y tras una caminata escabrosa dimos con otras dos imágenes de llamas equidistantes de la roca roja, y por el estilo, es de la misma época de las pinturas, y seguramente fueron los mismos habitantes quienes pintaron la cadena de pictogramas.
Estas estaban en franco deterioro por el viento y la humedad del ambiente que reina en el lugar, pero logramos captar esa realidad en medio del frío fresco y luego de la tormenta, Estas imágenes no están muy ocultas, pues luego de una planicie en la cordillera, en dirección al norte se aprecian dos camélidos de manera nítida.
En esa misma dirección, no pudimos ingresar más porque el farallón es muy accidentado y suponemos que al igual que nosotros quienes escalaron para realizar las pinturas de igual manera se vieron limitados por esas dificultades naturales, producto de rocas gigantes, aunque fue la solidaridad que nos limitó por el perro que nos acompañó y no arriesgarlo al peligro.
Es fantástico ver el paisaje del lago Titicaca, en medio de nubes y tormenta y por momento vemos el sol, cuyos destellos son bellísimos, que aparecen y desaparecen en el Lago junto a la montaña denominada el Dragón Dormido, que a la distancia efectivamente asemeja a la imagen de ese animal, pero que es una formación natural.
Después de esa esa incursión en las rocas, retornamos al primer sector de las pinturas con vista al Lago Titicaca, el muro de pictogramas que de apoco se deteriora, ya que el clima frío y viento hace su parte, encima la mano de algunos inescrupulosos que la pintarrajean y las autoridades de la región no se fijan por conservarlas.
GIGANTE CON NIÑOS
En un frío con sol y luego de la lluvia tomentosa por la noche, buscamos el calor al igual que las vizcachas que salen de sus cuevas y esquivan nuestras miradas.
Ya observando con detalle la imagen más impresionante es de un gigante que agarra de la mano, aparentemente a dos niños y un animal. También existen personas aladas que dan la impresión de estar volando por el aire. Las pinturas aún están visibles, aunque a punto de perderse.
LAS PINTURAS
Las pinturas se encuentran en un corte de piedra gigante de una sola pieza, no tienen un orden, pero están agrupadas en el sector, muy seguro de que interpretan muchas actividades de su tiempo.
En una de las imágenes se puede evidenciar posiblemente una llama o vicuña con pintura de color rojo ocre, repetida en naranja, color asociado al lugar. También se puede observar algo así como serpientes que se arrastran de manera horizontal y vertical. Personas Aladas que dan la impresión que están volando. Espigas que al parecer son de quinua, niños jugando o en rondas, tal vez festejando.
Se puede decir que es un mural al aire libre, donde seguramente intentaron expresar su entorno, como agricultura, animales y probablemente festejos de los “primeros habitantes” de la región.
Respecto de las imágenes aladas, por la proyección que tienen aparentan efectivamente estar volando en el aire, es algo curioso. En realidad, es una de las más llamativas junto al gigante con niños a lado de un animal
Esta impresionante pintura que la denominamos ‘El ojo’, que hace las veces de una cabeza de un gigante, agarra a dos niños y un animal, la escena es muy elocuente y clarísima´, tiene color rojo. ¿Qué se quería transmitir con este dibujo?, deja muchas interrogantes sueltas.
Quién o quiénes pintaron, reflejaron su ambiente y seguramente observaron algo que les tuvo que impresionar demasiado para llegar a dibujar y tratar de trasmitir esa vivencia en el futuro en medio de plantas como la Wira Wira, que sirve para curar resfríos o gripes. La K´hoa, sazonador para el caldo de pescado. Además de plantas y flores muy propias de la zona con colores realmente llamativos, claro y los captus enanos.
Estábamos en el sector de Pintatani, también la conocen como Seke Kollo o Chira Pata de Quilima-Carabuco (le dieron diferentes nombres en el tiempo) y luego de haber realizado una dura travesía, estábamos al frente de las pinturas rupestres, motivo de nuestra incursión a la región, sin tener muchos datos sobre quiénes habían dejado estos dibujos que a primera impresión nos decía que tuvo un propósito.
Los pictogramas están ubicados en un sector hermoso, lo que quiere decir que no es casual la ubicación de las pinturas y menos el lugar, pues quienes expresaron esas imágenes, tuvieron que asegurarse de que la misma permanezca en el tiempo y que otras personas no la destruyan.
Quizás, es una de las razones por la que están casi ocultas a la vista de las personas, en medio de rocas, visto de abajo y cerca difícilmente se la puede rastrear, visto de arriba menos, es algo así como una boca de cañadon que oculta el lugar, si no es porque estamos cerca, no hubiésemos dado con las pinturas.
Desde la carretera en dirección a las poblaciones de Carabuco, Escoma y Puerto Acosta, frontera con Perú. El pueblo de Quilima no se deja observar, salvo por el letrero. Sin embargo, a la distancia uno advierte la presencia de dos montañas, uno más grande que el otra denominada como el Gran Dragón Dormido, pues a la distancia, efectivamente tiene esa fisonomía y claramente se aprecia el trabajo que hizo la naturaleza, sin mediar la mano del hombre.
De cerca no se puede evidenciar esta figura, pero sí de lejos, la curiosidad de conocer esta región, justamente nació con ese particular nombre, pero que merece un capítulo aparte la visita a la montaña de piedras verdes y el campanario de piedra.
Esta fisonomía y con el fondo del lago asume un contraste espectacular con el celeste del agua del lago Titicaca, pues a la distancia se divisa efectivamente algo así como un dragón, pero este denominativo no fue hasta que el año 2002, en una feria escolar de la región los alumnos presentaron una exposición de dibujos de su región o paisajes. Fue cuando alguien presentó el cerro en forma de Dragón Dormido y justo con este nombre describen las dos poblaciones de la región: Quilima y Santiago de Ok´hola.
Efectivamente la montaña es compartida con los comunarios de Santiago de Ok´hola, sector que tiene la forma de la cabeza del dragón y la figura del cuerpo está en Quilima, según informan los mismos residentes, que se sienten orgullosos de esa naturaleza. Además, del ambiente que les rodea, negándose abrir el turismo en su comunidad.
QUILIMA
Quilima cuenta con playas hermosas y algo mejor, el clima es fabuloso y el agua es más caliente en el Lago, ni qué decir de paisajes, rocas gigantes de color verde con incrustaciones blanquecinas, muy bien reguardadas por los comunarios, y que en su momento alguna empresa intentó explotar para hacer negocio con ese hermoso material, que es único en el mundo y en la región. rc/md/dc