In Extenso (panbolivia.com) Julio de 2020. La ciudad de La Paz, denominada a nivel internacional Maravillosa, es un escenario de múltiples historias en sus calles, barrios, iglesias e incluso las plazas, donde el mito y la leyenda son parte del enigma de ese contexto, donde el mercado de Las Brujas se ha convertido en el atractivo turístico.
Lo místico se refleja en este singular mercado que se extendió en los últimos años, desde la calle Sagárnaga, Illampu, Jiménez-Linares y rematando en la calle Santa Cruz y como van Las Cosas dentro de poco se conectará con el barrio de San Pedro.
En este singular mercado artesanal se encuentran amuletos y objetos tradicionales, que pueden ser comprados como remedio para los males, plantas curativas y protectoras, artículos de lucha contra los malos espíritus presentes en la cosmovisión aymara, así como fetos de llama usados para proteger las casas nuevas, y a la venta junto con otros objetos. Además de hierbas, ranas disecadas y varios animales disecados que forman parte de rituales aymaras.
El mercado situado en el centro turístico de la ciudad paceña, impresiona la venta del feto de llama disecado. Este tipo de disecados se adquiere para luego enterrarlo como ofrenda a la diosa Pachamama, especialmente cuando se construye un edificio nuevo o se emprende un negocio. La idea es que la Pachamama proteja a los trabajadores y posteriormente traiga buena suerte al negocio.
La Paz, clavada en una hoyada y donde por doquier trepan las construcciones por los cerros, desafiando a los posibles derrumbes, pues la ciudad entre las cabinas del teleférico que bajan y suben hacia la ciudad de El Alto, mientras las costumbres, mitos e historias ancestrales continúan vivas a través de sus pobladores.
El Mercado de Las Brujas, si bien se ha tornado en comercial y turístico, conserva el encanto de saber que no te mienten cuando te dicen que aún se llevan a cabo rituales aymaras y quechuas para la Pachamama.
Las tiendas de souvenir se extienden a lo largo y ancho de las calles del mercado. Las más atractivas son las que venden prendas artesanales de lana de vicuña o alpaca, instrumentos musicales, medicinales, amuletos y otros.
También se consiguen trajes tradicionales, joyas, objetos de distintos metales y tallas de madera. Sin embargo, los artículos que más obligan a la mirada a posarse sobre ellos son los relacionados con la medicina tradicional y la magia.
Puedes apreciar las figuras talladas de ranas que se utilizan para atraer el dinero, las tortugas para una larga vida, los cóndores andinos para el buen viaje, los búhos para la sabiduría, el sol para la energía, los pumas para hallar un nuevo empleo y los platos de hierbas de colores (K´hoas) y semillas para que te deje de perseguir algún fantasma.
Igualmente se encuentran picos de tucán secos para curar enfermedades, sapos disecados, viagras naturales, pócimas de amor, amuletos de la suerte, pomadas y ungüentos de víbora. Las virgencitas también tienen su lugar como los amuletos prehispánicos.
CURANDEROS Y BRUJAS
Curanderos y brujas circulan por la calle Linares ofreciendo sus servicios, se trata de adivinos con sombreros negros, llamados Kallawayas que te ofrecen leer tu destino en hojas de coca.
Para algunos el mercado artesanal Las Brujas, es enigmático y curioso, ya que la gente que se dedica a este negocio intenta tener lo mejor de tejidos de la mano de obra de bolivianos, pero también una mezcla de creencias religiosas, ancestrales asociadas a la naturaleza
Los rituales en busca de la fortuna, el amor o el trabajo tanto realizados por kallawayas o yatiris como por gente de a pie requieren una serie de objetos o figuras esenciales para llevarlos a cabo. Y es precisamente el mercado paceño denominado “de Las Brujas” el más indicado para hacerse de los amuletos o recetas y así lograr ese afán por medios que salen de toda racionalidad.
Creencias milenarias, rituales aymaras o quechuas se escuchan entre tienda y tienda. Superstición y magia se convierte en la verdad no discutida de los ojos de los vendedores.
Pero no todo es sexo o fetos de llama en el Mercado de las Brujas. Hay brebajes con los que se puede atraer clientela a tu negocio y hacerte inmensamente rico o incluso fastidiar al peor de tus enemigos. Velas, inciensos, amuletos… nada falta en ese ambiente y la magia convierte a Las Brujas en uno de los lugares más indiscutibles de La Paz.
Bien vale la pena darse un paseo y ser parte de ese colorido, quizás esotérico. Pero de remate concluyes tu recorrido en la iglesia histórica de San Francisco, que cuenta con un museo muy interesante y abres paso entre medio de tejidos, recuerdos y otros objetos, como querer llevar a tu casa un feto de llama o quizás probar el Jabón ven a mí, que supuestamente atrae al sexo opuesto y en la misma línea está el amuleto Warmimunachi, pero que culturalmente esta relacionado con la fecundidad. (mdc)