INEXTENSO.- La boliviana Consuelo Rivero, acusada por presuntamente estafar a al menos dos ciudadanos peruanos, a quienes había «enamorado» usando la aplicación de Tinder. Este lunes, un medio cruceño entrevistó a una de las víctimas, quien compartió un vídeo en el que Rivero admite haber realizado el ilícito y menciona que tiene problemas legales en Bolivia.
En el vídeo, grabado por Julio Chirinos, una de las presuntas víctimas, Rivero admite tener problemas legales en territorio nacional y que incluso habría estado presa por un caso de estafa. Además, en él reconoce haberle pedido dinero y que no cuenta con ningún trabajo.
“Tuve problemas legales en Bolivia, hace muchos años por estafa”, dice la mujer. «¿Cuánto dinero me pediste a mí?», preguntó la presunta víctima, que se encuentra filmando. “Cuarenta mil soles. Y me dijiste qué me lo ibas a devolver con tu bono de trabajo verdad. ¿Trabajas o has trabajado en algún lado?», agregó. «Acabo de decir que no estoy trabajando”, respondió la mujer, que presuntamente había asegurado que devolvería el dinero.
Consuelo afirmó que vive en Miraflores en La Paz en el departamento de “un amigo con el que recién está empezando a salir”.
Chirinos formalizó una denuncia contra la boliviana por el delito de “estafa agravada” en la Fiscalía de Santa Cruz, lugar donde conoció a la mujer y de donde dijo vivir.
EL RELATO
Según la víctima, la joven utilizaba la aplicación para seleccionar hombres adinerados, enamorarlos y estafarlos. Tal fue el caso de Chirinos.
«Me encuentro con una solicitud de amistad y veo que esta persona era de Santa Cruz. Como yo doy conferencias y dicto cursos en Latinoamérica, pensé que era una persona que quería contactar conmigo para fines profesionales”, narró el afectado en diálogo con el dominical “Cuarto poder”, citado en La República, de Perú.
“Y es por Zoom que, en menos de una semana, esta persona me enamora, caigo totalmente enamorado, no por la belleza, sino por la forma en la que te hacía sentir y las palabras que utilizaba para poder conectar contigo”, añadió.
Chirinos contó que empezó a compartir proyectos y gastos con Rivero, un terreno en Santa Cruz y un departamento, haciendo que invirtiera varios miles de dólares. Sin embargo, poco tiempo después la mujer desapareció con el monto que le daba el peruano.
Supuestamente, Consuelo laboraba en tierras peruanas, pero salía del país constantemente con la excusa de tener un jefe muy exigente.
“Yo, en ese momento, confié en ella, que tenía que ir a trabajar”, lamentó Chirinos.
La presunta víctima indicó que mientras todo ocurría, ella ya iniciaba otra relación con otra persona que también habría sido estafada.
Ambas personas aseguraron en diversos medios que existirían mas hombres estafados.
OTRAS VÍCTIMAS
Además de Julio, Germán y otros hombres que no quisieron participar en el informe del dominical, Consuelo también engañaba a familiares y allegados de sus víctimas.
Isabel conoció a Consuelo hace más de seis años, cuando la boliviana aún estaba casada con uno de sus mejores amigos. Se ganó su confianza, pero la estafadora no tardó en mostrar sus verdaderas intenciones.
““Inicialmente me dijo 15.000 soles y después me pidió más, en total ella me debe como 42.000 soles (…). Ella sabe perfectamente porque es su negocio, sabe que por préstamo no hay cárcel. Ya prácticamente se desentendió de la deuda”, aseveró Isabel, citada en un medio del vecino pais.
(panbolivia.net/WordPress) 6/9/22, Santa Cruz.
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