Luego de que el alcalde de Kiev, Vitali Klitschkó, asegurara que la ciudad no ha sido invadida, las imágenes de la resistencia de Ucrania comenzaron a circular. En ellas se observan a jóvenes, mujeres y niños, participando en la elaboración de bombas molotov en un intento de frenar a los tanques rusos.
«Los recibiremos con cócteles Molotov y balas en la cabeza, así los recibiremos», asegura Viktor Rudnichenko, un empleado bancario a un corresponsal de una agencia informativa, en una trinchera improvisada al borde de las vías de Kiev. En el lugar también lucen letreros con leyendas como: «¡Soldados rusos, váyanse al carajo!». «No se conviertan en asesinos». «¡Regrésense!».
«Las únicas flores que recibirán de nuestra parte serán para sus tumbas», agrega este hombre de unos 30 años, que salió por provisiones, luego de que el toque de queda fue levantada a las 8:00 horas de Ucrania, y volverá a entrar en vigor a partir de las 17:00 horas de la tarde.
Aunque los medios internacionales reportan escasos batallones de soldados ucranianos ocupados en rechazar la ofensiva rusa en las puertas de Kiev, si reportan voluntarios de la “defensa territorial” y civiles armados.
Algunos de estos se concentran en un punto de defensa en el barrio de Obolon, ubicado al norte de Kiev, un lugar que ya fue atacado por militares rusos. En el lugar trabaja maquinaria de servicios públicos para levantar una barda, tan solo a unos pasos de una profunda y larga trinchera.
Otro equipo se encuentra hincado frente a cajas llenas de botellas de cerveza. Dentro de ellas, «un tercio de diésel, dos tercios de gasolina», una mecha de tela «¡y boom!», dice el voluntario dedicado a la preparación de cócteles Molotov. (José Luis Pérez | La Prensa)