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In extenso (panbolivia.com) abril 6 de 2020, La Paz-Bolivia.- Al parecer la mayoría de los humanos estamos entre medio de los negocios de China y Estados Unidos que podrían hacer cualquier cosa para obtener la supremacía hegemónica en el orbe, para el colmo se mantienen en silencio.
El actuar de ambos países llama a la susceptibilidad y escapa a una doctrina de ética y cada cual intenta afectar su economía en una “guerra biológica” o enfermedad natural que simplemente apareció de la nada y sus autoridades prefieren ignorar los efectos criminales al haber “soltado” o no controlado el Coronavirus, que viene haciendo estragos a la humanidad.
Esta nueva amenaza expresa la inescrupulosa forma de estas potencias económicas que no tienen problemas para recurrir a cualquier mecanismo, incluidas las armas biológicas, para hundirse entre rivales y salir intacto, pero con dinero en sus cuentas.
La sospecha nace en China, ya que ahí se iniciaron las infecciones de Coronavirus, luego de que Estados Unidos y China se alejaron del comercio que tenían establecido y las pérdidas fueron muy fuerte para los chinos y por “coincidencia” o “revanchismo” contra los norteamericanos “soltaron” al virus, se infectaron e infectaron al resto del mundo, Pero aquí viene los interesante que durante las cuarentenas de más de 160 países, China vende en miles de dólares los insumos para evitar los contagios.
Tal cual esta se presenta la situación surgen dos hipótesis simples sobre el origen del Coronavirus, la primera: desde la ciencia médica como una enfermedad que nace de murciélagos o mutaciones, la que hasta el momento no tiene cura, excepto la prevención con las cuarentenas de quedarse en casa y tratamientos con químicos para amainar los dolores y los efectos de virus asesino.
No es una simple teoría que cualquier país demande a China, por no haber actuado de manera responsable en el manejo de este virus o la creación o dosificación de la misma.
Documentos ya publicados, revelan que el virus nace en los más sombríos laboratorios de guerra biológica, induciendo y experimentando muertes por doquier en los diferentes países y el control total de estas armas es casi imposible, lo irónico del caso es que afectan incluso a ellos mismos, tratando de ocultar el manejo irresponsable del virus o quizás deliberado para ver la reacción de poblaciones y gobiernos.
Probablemente sea la nueva oportunidad para que políticos de las “supuestas” potencias y otros países involucrados en la guerra biológica comprendan del daño que causan a los humanos con miles de fallecidos y no interesa en que región, pues la extinción de las personas es un hecho.
Rescatamos la versión del autor Carlos Santa María que sostiene que actualmente uno de los campos donde se intenta obtener la supremacía hegemónica en el orbe escapa a cualquier doctrina de la ética y corresponde a una guerra biológica.
“En este sentido, la potencia mundial que invierte la más alta suma de su presupuesto anual para financiar programas científicos que investigan sobre agentes patógenos que puedan ser usados como armas biológicas es Estados Unidos, experimentando constantemente en naciones entre las que destaca Cuba al ser objeto de múltiples epidemias artificialmente provocadas.
Cabe destacar, en este caso concreto, que en Wuhan funciona uno de los más sofisticados laboratorios biológicos del máximo nivel de bioseguridad 4, Wuhan BSL-4, perteneciente al Instituto de Virología de Wuhan, que experimenta con agentes biológicos que representan un alto riesgo individual de contagio.
Este laboratorio trabaja con los patógenos más peligrosos del mundo, incluyendo varios coronavirus, como SARS-CoV (Síndrome Respiratorio Agudo y Grave), MERS-CoV (Síndrome Respiratorio del Medio Oriente) y muchos otros tipos de virus bajo la supervisión no solo del Gobierno chino sino de la misma OMS, participando virólogos de EE.UU., Canadá y el Reino Unido.
La transferencia de la patente del 2019-nCoV 2015 del Departamento de Justicia de EE.UU. al laboratorio de Wuhan BSL-4, ratificando que el coronavirus 2019-nCoV fue conocido por primera vez en 1965, autorizó no solamente a los científicos chinos para investigar este patógeno que podía mutar durante los experimentos.
En 2018, en el sur de China, los virólogos descubrieron 89 nuevos coronavirus procedentes de murciélago, según la revista norteamericana Journal of Virology (13 de junio 2018), que tenían el mismo receptor que el CoV-MERS, investigación financiada tanto por el Ministerio de Ciencia y Tecnología de China como la USAID (CIA) y el Instituto Nacional de Salud de EE.UU., que siempre compartió información de los avances en la investigación sobre enfermedades infecciosas y armas biológicas con el Pentágono, agravado por cooperación en el desarrollo de insectos asesinos para transportar virus modificados genéticamente e insertarlos en tres tipos de insectos: pulgas, chicharras y aleuródidos (insectos).
Lo anterior abre la posibilidad de filtración deliberada del 2019-nCoV o por descuido de los virólogos chinos u occidentales”.
Santa María, afirma que la economía quedará afectada y es obligación un análisis urgente la coincidencia entre la campaña mediática alertando de una enfermedad mortal en China y la disminución extraordinaria en la demanda de productos orientales.
Como se sabe la rivalidad entre USA y China por el mercado mundial, la inmensa deuda del primero con el segundo, la gran acogida de los productos chinos en América Latina pese a una propaganda extraordinaria contra éstos, han reubicado a las potencias lo cual ha perjudicado el comercio de la nación norteamericana.
Ahora que el dólar se ha disparado de modo extremo y artificial, no es descabellado pensar en este virus como espada filosa, tendencia que se ratifica cuando el secretario de Comercio de EE.UU., de modo desafiante, afirmó en Fox News que la enfermedad podría ayudar a la agenda América Primero al afectar a China económicamente retornando el empleo a su país.
Cabe destacar la “generosidad” de la Unión Europea quien movilizará 25 000 millones de euros para afrontar la crisis del Covid-19, aunque para salvar a los Bancos (2008) emitió 2 billones de euros.
Agrega que la intención política y militar, revela que los innumerables conflictos que enfrenta EE.UU. en Corea del Norte, Siria, Irak, Afganistán, Rusia, China, Venezuela, Irán, Yemen, Libia, Ucrania, Palestina, entre otros, lo obligan a crear nuevas formas de salir de dichos pantanos como nuevos mecanismos bélicos en el espacio, armas de destrucción masiva, espionaje, chantajes y guerra biológica.
Por dicha razón de peso, no extrañaría sembrar un virus de tal envergadura a través de sus asociados en pleno centro de la actividad comercial y bélica de su oponente.
Finalmente considera que el efecto Mediático, respecto al origen del coronavirus, la inmensa difusión sobre la creencia que fue contagiado en un mercado de productos exóticos del mar o animales fue rechazada por la Organización Mundial de Salud (OMS) y ahora muchos científicos de prestigio internacional han lanzado la idea que el virus fue el resultado de la bioingeniería. Francis Boyle, de la Universidad de Illinois, ha determinado que “2019 Wuhan Coronavirus es un arma ofensiva de guerra biológica (y) la Organización Mundial de Salud sabe perfectamente qué es lo que sucedió en Wuhan”, ratificado porque los medios de comunicación globalizados ignoraron esta información y la de una empresa de biotecnología de EE.UU., Moderna Inc. (Norwood, Massachusetts), enviando el primer lote de su vacuna de coronavirus, denominada mRNA-1273 al Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas (NIAID) para que los investigadores efectúen las primeras pruebas en humanos.
Global Research ha sostenido que este virus mantiene características únicas y muy similares a las epidemias del SARS y el MERS, y “tiene material genético nunca antes identificado y que no está vinculado a ningún virus animal o humano conocido”.
En síntesis, la insistente campaña organizada a través de una mediática sostenida por parte de las agencias de inteligencia que manipulan las tres grandes empresas que controlan el mercado mundial de la información (AP, Reuters, France Press), ha logrado asimismo un triple efecto: creer que China es el causante de la enfermedad para que, además de culpar, su economía colapse; hacer creer que toda la humanidad está en peligro de desaparecer y ocultar el análisis científico social del fenómeno, concluye. (rc/sb).