In Extenso, PAN BOLIVIA.- Los hombres y mujeres con ropas livianas muy apropiadas para el calor se mueven en medio del sudor y los cañaverales, algunos con viseras, sombreros o quizás una polera amarrada en la cabeza, es la zafra que anualmente se desarrolla en tres regiones del país y donde la condiciones de trabajo no es de las mejores.
Es un movimiento poco usual, ya que los zafreros se preparan incursionar en una labor seguro de pago quincenal, pero que el mismo no compensa el esfuerzo físico y alimentación de los zafreros en Mineros, provincia Santiesteban de Santa Cruz, Bermejo y San Buenaventura.
En los cañaverales de Mineros, a cierta distancia se pueden observar los tanques de agua, que por supuesto no son nada potables, pero es lo único que les brindan para saciar la sed, que de rato en rato beben los zafreros entre hombre y mujeres, sometidos a altas temperaturas y en el medio del cañaveral es un infierno y muchos “rezan” para que lleguen vientos constantes, pero no traiga lluvia, ya que es otro gran problema, pues la humedad fatiga y complica el cargado de la caña a la chatas, las escaleras son resbalosas y aún peor caminar entre el follaje de la caña ya cortada.
Se puede observar la habilidad de los experimentados cortadores que avanzan por los surcos de cañaverales, volteando las cañas con sus machetes panzones, que de un solo golpe la bajan, es lo aconsejable, pues más machetazos es pérdida de tiempo y gasto de energía, solo los expertos zafreros bien conocen esta actividad.
Pues la hileras de cortes se puede observar en la misma dirección de los surcos de cañaverales, que en cuestión de horas se encuentran en el suelo e identificados para los pagos posteriores, luego transportados a los ingenios para luego ser procesada para ser convertida en azúcar.
Sin embargo en algunos centros zafreros, se han modificado e implementado algunas facilidades, especialmente en la residencia de su familia, durante el tiempo de corte de la caña, que normalmente lo hacen durante más de 12 horas.
Contrariamente a diferencia de otras poblaciones, Mineros se convierte cada año, en el centro de mayor movimiento económico, gracias a la zafra y los zafreros, lo mismo ocurre en Bermejo de Tarija y San Buenaventura de La Paz, aunque ese movimiento no está muy reflejado en el esfuerzo sacrificado de los trabajadores que se mueven con toda la familia.
CONDICIONES INFRAHUMANAS
Mostrando imágenes en un celular de las condiciones infrahumanas en las cuales trabajan los zafreros, la secretaria general de la Federación de Trabajadores de zafreros de Santa Cruz, Agustina Fuentes, informa que un buen sector de los zafreros aún tienen que vivir con sus familias en carpas de camión y nylon a un costado de los cañaverales o cerca de ellos habitan sus familiares, donde cocinan con el fin de ahorrar, ya que los precios de los víveres y la comida, es manejado por las familias de los contratistas y son los que negocian con la fuerza de trabajo de los zafreros, pues se encargan de contratar a los trabajadores, pagan, descuentan en las boletas, pesan la caña y las balanzas no señalan el peso justo, según denuncia la dirigente.
Además controlan las pensiones, víveres, herramientas e incluso la ropa, pues los contratistas tienen un control total del movimiento económico a precios altos y es por esta razón que muchos zafreros, salen endeudados y retornan a sus regiones sin dinero alguno.
ELIMINAR A LOS CONTRATISTAS
Fuentes pide al gobierno como a los empresarios de ingenios que “Eliminen a los contratistas y que se hagan cargo de manera directa los dueños de los ingenios o propietarios de los cañaverales” ya que son los que encarecen la estadía de los zafreros, durante el tiempo que dura su estadía.
“Ellos registran desde la contratación de los trabajadores. Sitúan su actividad en Montero, donde seleccionan a los más sanos, no quieren enfermos, son marginados, porque eso les acarrearía problemas a los contratistas, contrariamente se aprovechan de los ingresos de los zafreros, desde el peso de la caña, que siempre reflejan menos y si reclaman los echan de la cosecha, entonces uno termina sometido a esta situación que va contra de toda normativa legal.
Los contratistas efectivamente te dan víveres a crédito, pero te suben los precios y en quince días te descuentan ellos mismos y sales saldo en contra, es por eso que algunos zafreros prefieren no vivir donde proponen los contratistas y viven al costado de los cañaverales, donde colocan un tanque de agua y eso tienen que consumir para todo y no es agua saludable”, sostiene.
La dirigente, que es parte del grupo de zafreros, dijo que los contratistas se aprovechan de los zafreros en todo sentido y que incluso abusan de la actividad que les delegan los dueños de ingenios azucareros.
“Nosotros como dirigentes, queremos que el gobierno mediante el Ministerio de Trabajo, ponga en vigencia los beneficios sociales como el seguro médico, aportes a las Afps para los zafreros, porque nosotros podemos aportar, ya que luego de los 55 años ya no nos contratan”, precisó.
Agustina, sostiene que los trabajadores zafreros van de Potosí y Sucre con preferencia, debido a que en sus regiones no tienen condiciones como para vivir, y que ellos salen de sus lugares para solventar su vida y esa necesidad provoca que sean explotados por los contratistas de la zafras “En mi región, azotó muy fuerte la sequía y tuvimos que salir para venirnos a Santa Cruz para cosechar y otros se fueron a Chile o la Argentina”.
CONTRATISTAS
Por ejemplo La Corporación UNAGRO S.A. con accionistas pequeños y medianos productores cañeros, son ahora propietarios de diez empresas, cuenta con unos 200 contratistas intermediarios, quienes son los responsables de contratar a la gente, imponen los precios del corte de caña, vivienda, comida, ropa, herramientas y algo peor son los mismos encargados de pesar la caña de azúcar de los zafreros y donde normalmente es menor cantidad, afectando a los ingresos de los zafreros, prohibido enfermarse.
“Nuestros compañeros de miedo no denuncian estar irregularidades y abusos de los contratistas, esto es cada año. Es por eso que pedimos una ley o decreto para nuestro sector de manera específica para evitar la explotación de nuestros compañeros, que llegado el momento salen endeudados, ya que los contratistas regulan el mercado de la mano de obra, precio por tonelada, peso de la cosecha de caña, que normalmente es menos, la comida, los víveres, la ropa, herramientas como los machetes y otros servicios y como nuestra gente llega sin un centavo en el bolsillo. Entonces aceptan esas condiciones de los contratistas, aprovechándose de la necesidad de los trabajadores, especialmente de los que llegan del interior del país”.
MUJERES
Agrega que “No alcanza lo ganado, hay que tomar en cuenta que los zafreros van con toda su familia y los niños no tienen escuela alguna, la mujeres también tienen que cortar caña para ayudar a su maridos y algunos menores que deben hacerlo”, concluye la dirigente que estuvo durante la reunión en Cochabamba de los Comunicadores del PADEM.
Los contratistas negocian con los víveres a precios exorbitantes al margen de ganar por contratarlos o finalmente es el que monta una pensión de servicio de comida (almuerzo Bs.30) con su familia y cobra de los almuerzos consumidos y luego se descuenta del pago quincenal de los zafreros, por cuanto los trabajadores se ven obligados a consumir del contratista los alimentos, ya que no existen otras alternativas, lo que equivale decir que el contratista tiene el poder absoluto, desde la comida, trabajo, estadía, en el tiempo que dura la zafra.
NO ENFERMOS
Los contratistas buscan en el mercado con preferencia a personas que no tengan problemas físicos, contrariamente ni el empresario y menos el contratista, garantizan la salubridad durante su función temporal del zafrero en Santa Cruz, una de las regiones con mayor plantación y producción de azúcar. “Es delito estar enfermo, lo marginan de la cosecha de manera inmediata”.
Los zafreros ganan a raíz de 30 bolivianos la tonelada y por lo general un experimentado registra a diario y en el mejor de los casos entre 2 a 3 toneladas, sin embargo para llegar esta cantidad deben laburar sin descanso en horarios que no afecte el fuerte calor de los cañaverales, evitando la insolación y en consecuencia la dura deshidratación por el esfuerzo que realizan para lograr cubrir su gastos diarios y tener alguna ganancia, ya que entre medio se encuentra el contratista que es el intermediario entre la empresa y el trabajador, lo que implica que los zafreros no tienen ninguna relación con los empresarios o dueños.
Los contratistas, son los que efectivamente reclutan a los zafreros, obligados a vivir casi en la intemperie, en la planicie del cañaveral, a un costado de la misma para que habiten, durante el tiempo del corte de caña, donde los mismos zafreros tienen que armar sus campamentos, y ese es el hábitat del zafrero durante el tiempo que dura el corte de caña. Hay de los otros que tienen mejor suerte y tienen alguna instalación más habitable.