D´BOLEA.- Overtime confirma la tendencia: medios y creadores construyendo sus propias competencias. Cuando no surgen nuevos medios que llegan a cubrir lo que ya muchos hacen, son creadores asumiendo el rol de analistas o comediantes para hacerse de un lugar en la industria.
Resulta con frecuencia que el contenido deportivo no es negocio, pero sí otorga acceso a boletos para eventos, jerseys y otros productos y experiencias en especie que son deseables para millones de creadores.
En ese contexto compiten los creadores independientes, los medios que cubren el deporte tradicional con derechos de transmisión y el resto que no hace más que consignar y analizar todo lo que fue mostrado a través de otra señal.
Los creadores, salvo los que alcanzan audiencias que se cuentan en millones, se conforman con pases a cambio de promocionar lo que sea y en el momento que sea.
Los medios sin derechos se esmeran en vender un alcance y presencia que en realidad una marca puede obtener pautando en redes sociales, con creadores o con los propios deportistas.
A estas alturas nadie considera indispensable estar en un medio deportivo que no cuenta con derechos de transmisión.
Y después están los medios con derechos que tienen gran parte del trabajo hecho con el evento mismo y los highlights que derivan de él.
En los creadores hay originalidad e intención de sobresalir, pero sus capacidades para escalar un negocio rara vez están desarrolladas.
En los medios que no cuentan con derechos se procura la innovación, o cuando menos se piensa que se procura, pero a efectos prácticos la mayoría termina vendiendo slideshows, stories, banners o videos que de fondo carecen de un gran elemento diferenciador.
En los medios con derechos de transmisión está el activo principal, pero rara vez se procura la originalidad dado que la creatividad colapsa con la rigidez de los derechos adquiridos y con la sensibilidad de los directivos que forman parte de un equipo o competencia.
En resumen, los medios sin derechos están atados de manos y no tienen de otra más que jugar al volumen.
Los medios con derechos consideran que la tarea está hecha magnificando la exposición de esos derechos tanto en vivo como on demand, casi siempre sin alguna aportación que rompa la rutina.
Y la mayoría de los creadores independientes adolecen de una plataforma propia para su comunidad, lo que lleva a que estén creando bajo la influencia del algoritmo.
A esas condicionantes se suma el momento en que fueron creados.
O están los que son legacy digitales que desde finales de los noventa y hasta la fecha se concentran en satisfacer la generación de tráfico, primordialmente a través de Google.
O están los que concentran su fuerza en redes sociales en torno a una audiencia que no es del todo suya.
¿Dónde está ocurriendo la disrupción en la escena de los medios deportivos?
En colectivos de creadores abrazados por una marca corporativa, como Barstool Sports.
O como La Gambeta y Cracks en México, que tienen a una comunidad fiel en YouTube, la única plataforma social que se ha mostrado estable en cuanto a monetización para creadores.
Pero a diferencia de Barstool Sports, que ya incluso genera sus propias competencias tanto de boxeo amateur como torneos de hockey, y sus propios productos, como el vodka rosa que se posicionó como uno de los más vendidos en Estados Unidos, La Gambeta y Cracks continúan dependiendo del fútbol en su creación de contenido.
Estos dos tampoco han atinado a posicionarse como creadores de propiedad intelectual que vaya más allá de los vídeos que les dan resultados en Facebook y en Instagram.
Barstool Sports tiene vida por sí mismo.
Es un ecosistema que incluye ser uno de los mayores productores de podcasts en Estados Unidos, organizar eventos, tener sus propios sportsbooks y ser una comunidad con sus propios códigos de comportamiento antes que un medio de comunicación.
Storybakers: Ibai lo volvió a hacer. Lo hizo a lo grande. Más como televisión que como un streaming cualquiera. Con 10 mil personas en el Pabellón Olímpico de Badalona. Con una alfombra roja para ver y desear outfits de nueva generación. Con un promedio de 2 millones 422 mil personas viendo un stream de 339 minutos…
Tuvo los derechos de transmisión de la Copa América en España gracias a Piqué, pero tanto él como el resto de los streamers no necesitan de ellos para reunir a audiencias significativas.
En vez de aguardar a tener el presupuesto para transmitir los eventos deportivos que todos consumimos, ha desarrollado los propios con La Velada del Año o el Mundial de Globos.
Y si vamos más allá, aunque a muchos eso no les parezca deporte, Auronplay y Perxitaa idearon Tortillaland, un juego de roles que reúne a decenas de streamers en Minecraft.
Overtime: el medio deportivo para generación Z que ha levantado 250 millones de dólares
Es un medio, pero ante todo un escaparate que posiciona a deportistas colegiales en ese momento en que están a un paso de dar el salto al profesionalismo.
Overtime, fundado hace 6 años, ha cerrado su serie D con una inversión de 100 millones de dólares para llegar a una valuación de 500 millones, según informa Axios.
En total ha levantado 250 millones de dólares, con inversionistas como Jeff Bezos a través de su fondo personal y Kevin Durant.
Su apuesta ha sido la de crecer en plataformas digitales atrayendo a nuevas audiencias siguiendo a las nuevas figuras del deporte.
Para ello se hizo de una red de colaboradores que envían highlights sobre esos deportistas colegiales que ya reúnen grandes audiencias a través de sus distintos perfiles sociales.
Pero desde hace tiempo decidió que no sólo quería cubrir a esos deportistas, como históricamente han hecho los medios, sino crear sus propias competencias.
Comenzaron con Overtime Elite (OTE) para basquetbol y Overtime Seven (OT7) para fútbol americano.
En el caso de OTE participan jugadores que aún no son elegibles en drafts de competencias profesionales, mientras que OT7 consiste en juegos de 7 contra 7 de futbol americano.
Overtime construyó sus propias ligas desde cero, incluyendo su propio estadio de 103 mil pies cuadrados en Atlanta y la contratación de más de 100 personas para posicionar la liga.
¿Cuál es la intención?
Capitalizar al máximo el contenido que se genera en esas ligas de las que son propietarios. Generar patrocinios y eventos en torno a ellos.
Y además explorar posibilidades de que esos derechos de transmisión pudieran ser adquiridos por otros medios.
La disrupción del deporte y del modo en que está siendo contado no ocurrirá desde el deporte que ya conocemos, sino desde los nuevos deportes creados por esos medios que apuestan por saltarse las limitantes de una competencia para construir las propias.
Falta que esa rebeldía ya presente en Estados Unidos y con ciertos indicios entre los streamers españoles aterrice en Latinoamérica. (SIP)
(panbolivia.net/WordPress) 12/8/22, La Paz.
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