IN EXTENSO.- La tradición boliviana es que este 1 de noviembre las almas de los difuntos bajan a la tierra para disfrutar de un altar instalado por sus familiares, normalmente con alimentos que le gustaba al difunto como parte de la atención a quienes ya partieron.
Las mesas son preparadas en honor al fallecido, se coloca su fotografía, comida y bebida favoritos, panes especiales conocidos como “t’antawawas”, masitas, dulces, flores, agua y, por supuesto, un crucifijo, canastas hechas de dulce, bebidas, comida en honor del difunto.
Los familiares rezan todo un día y se reúnen alrededor de este altar o hacen rezar con otras personas a cambio de los alimentos que están. Al mediodía siguiente, despiden el alma de sus difuntos. Esta tradición es conocida como “Todos Santos”.
Uno de los elementos más conocidos son las t’antawawas (pan para niños), una palabra quechua (Q´eswa).
Durante la semana varias panaderías locales, se dedicaron a la elaboración de este producto que es comercializado en las y tiendas populares. También las familias encargan el producto o hace en sus hogares.
Las mesas esta adornadas por varios productos en el fondo una tela negra, es el único color utilizado con preferencia. Todo es animado con música, rezos, comida en abundancia. rc/cm/md/panbolivia.net./La Paz.