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In extenso (panbolivia.net-WordPress) marzo 11 de 2022, La Paz.- Reclamos sobre la hora en que realizan el barrido de las calles, basura que es tirada desde las ventanas a media calle, recojo de heces fecales de puestos de venta callejeros y bolsas con basura que no son depositadas en los contenedores, son hechos que forman parte de la cotidianidad de las trabajadoras de aseo urbano de La Paz Limpia que deben encarar día a día.
“Estamos barriendo, ya ven que hemos pasado, les dará flojera, qué será, agarran la bolsa y de la ventana lo botan a media calle. Tenemos los contenedores, no sé qué flojera les dará y a los costaditos lo dejan”, relató Juana Flores, una de las trabajadoras de la empresa La Paz Limpia (LPL),
Esta madre soltera de cuatro hijos y vecina de la zona Las Delicias en la ciudad de El Alto, trabaja cinco años en LPL y como barrendera 14.
Agradecida porque este trabajo le permitió mantener su hogar, dar alimentación y educación a sus hijos como jefa de hogar. Recordó que durante esta labor le tocó recoger hasta heces fecales de la calle Garcilazo de la Vega, un sector comercial de la ciudad e incluso de los papeleros que existen en diferentes calles de la ciudad de La Paz. Es por “falta de educación” de algunos vecinos.
“Llamarles a la conciencia de cada uno. Ya son tantos años que vamos por lo mismo y la gente nunca cambia”, lamentó la trabajadora, quien fue entrevistada por Arias en el restaurante Ichuri, ubicado en el último piso de uno de los edificios patrimoniales de la Av. Mariscal Santa Cruz esquina Sagárnaga del centro de La Paz.
Flores reclamó que la falta de valoración del trabajo que realizan las barrenderas, por parte de la ciudadanía en general, es una de las situaciones más amargas que enfrentan y por ello pidió “respeto” para ella y sus compañeras, así como las barrenderas respetan a todas las personas.
“Nosotros hacemos un trabajo que es digno. No es nada que sea apestoso. Eso es los que más duele, que no haya consideración de las personas. Somos iguales que ellos, somos personas. Todos somos humanos, todos necesitamos trabajar y necesitamos comer, y este es el trabajo más digno que tenemos nosotras”, enfatizó.
Recordó que la primera vez que trabajó en la recolección de residuos sólidos de las calles paceñas, hace 14 años, le quedaron las manos adoloridas, a tal grado que al día siguiente no podía ni exprimir la ropa que había lavado en su casa.
“Cuando entré la primera vez a este trabajo, no podía ni lavar, ni exprimir la ropa. Y ahora ya tenemos callos”, afirmó, a tiempo de mostrar sus manos y recordar que los otros trabajadores que recolectan los residuos muchas veces sufren cortaduras porque recogen vidrios, que existen en los residuos comunes que son dejados por la población.
Finalmente, esta trabajadora y jefa de hogar, animó a las mujeres a trabajar sin flaquear y seguir adelante a pesar de los problemas que se presenten. También agradeció a sus hijos por el apoyo constante que le dan.
“Gracias por todo el apoyo que tengo de ellos. Somos mamás que les dejamos en la casa. A veces les dejamos chiquititos encerrados, yo le dejaba así. Pero ahora ya son jóvenes, son 14 años de este trabajo, les he sacado adelante y gracias a esta trabajo”, agregó con la voz entrecortada por la emoción y las lágrimas.
La Paz Limpia tiene 800 trabajadores de las cuales el 50% son mujeres que realizan a diario el barrido manual de las diferentes vías paceñas, según datos de esta empresa y publicados en la AMUN en octubre de 2021. rc/bs/md/amn