IN EXTENSO/LA PAZ.- Antes de cumplir seis meses de vida, Harpy el aguila, cayó de su nido al suelo, desde un árbol de 40 metros de altura, pues el animal arpía macho fue víctima de la deforestación de su hábitat, un bosque amazónico de Beni, pero logró sobrevivir y encontrar un nuevo hogar en el Bioparque Municipal Vesty Pakos.
“Antes de los seis meses no es un animal que depende de sí mismo, los padres lo alimentan por un periodo hasta de dos años. Hemos tenido que suplir esas funciones, él llegó con un problema de inflamación en los tarsos y callosidad en el ala, porque ya la fractura forma ese callo óseo, no tiene la postura adecuada”, explicó el encargado de Nutrición, Álvaro Quispe, agregando que es un animal que puede ser reinsertado.
Harpy arribó al refugio en 2013. “Hicimos un proceso en equipo, hemos ido alimentándolo directamente al pico de forma asistida, así se ha podido restablecer”, contó el profesional a la Agencia Municipal de Noticias.
El cuerpo de un águila arpía puede medir hasta un metro de alto y sus alas abiertas hasta dos metros de envergadura y la cabeza de color blanca tiene una cresta muy característica y llamativa. Harpy no pasa desapercibido en el refugio edil. “La idea es a futuro, si se puede, colocarlo dentro de un programa de conservación”, dijo Quispe.
Mientras relataba la historia, se escuchaba piar al ave. “Es porque nos reconoce, siempre está alerta, incluso cuando nos ve por otros sectores. Su especie tiene una vista que va hasta los 50 y 60 metros con facilidad. Nos puede observar a distancia sin ningún problema y nos reconoce con facilidad”, afirmó.
CUATRO ANIMALES
Presenta la historia de cuatro animales silvestres albergados en el bioparque: el oso andino Juqui, el águila arpía Harpy, el venado andino Bruno y el flamenco de james Almendra. “A través de sus relatos, se destaca el compromiso de más de 30 años del Vesty Pakos en la conservación de la fauna silvestre de Bolivia”, señaló Omar Rocha, administrador. Noticias/amun.