In Extenso (PAN BOLIVIA) La Paz.- Vasos, bolsas, botellas, envases para comida rápida, bombillas y otros objetos de plástico, muy habituales en Bolivia y por los general muy estéticos, cómodos, funcionales, higiénicos son utilizados en acontecimientos sociales masivos, gaseosas, cumpleaños de los niños, ahora en varias regiones del mundo combaten y prohíben su uso, debido a que es un alto contaminante para el ser humano, animales, medio ambiente y tarda en degradarse 100 años.
“La Organización Mundial de la Salud y PNUMA han declarado conjuntamente que la disrupción endocrina (uno de los efectos del plástico) es una crisis global. Un grupo internacional de 10 científicos ha solicitado que los gobiernos declaren el plástico como residuo peligroso… Algunos de los aditivos tóxicos del plástico, como el potente disruptor endocrino bisfenol A, contaminan la sangre de más del 90% de la población, incluidos los niños recién nacidos”.
En el país, uno de los mayores problemas que tienen los que recogen la basura en las ciudades de Bolivia, son justamente las bolsas de plástico que ya debieron ser sustituidas por bolsas de papel y prohibir la fabricación de estas bolsas. Lo propio son los vasos que junto a las bolsas, botellas y otros objetos de plástico terminan en las alcantarillas, finalmente en los ríos y luego en el mar.
A estos hay que sumar los envases de plastoformo y plástico de los restaurantes de comida rápida que son altamente contaminantes para los humanos, especialmente y porque al calor provoca una secreción del plástico o plastoformo químicos altamente nocivos para la salud del ser humano.
BOMBILLAS
Las bombillas tan inofensivas como “pintudas” y de uso común en el país. Actualmente los que utilizan con frecuencia son los centros de comida rápida o “chatarra”, pero también es cierto en los cumpleaños “tesitos”, salteñadas y otras reuniones que de manera indiscriminada se acumulan en cantidades impresionantes, si tomamos en cuenta el uso en las distintas regiones.
En el caso de la bombillas, algunos dirán, pero nosotros no tenemos costa, efectivamente, pero su degradación afecta a la tierra y al final para que utilizarlo, es una hábito innecesario, ya que fácilmente puedes tomar el líquido de la botella o quizás los helados hacerlo con una cucharilla, de esta manera eliminas las bombillas al igual que los vasos de plástico…utiliza vasos de vidrio no de plástico, aun peor las bolsas de plástico, no son necesarias. Estos inocentes envases le hacen mucho daño a la tierra, animales, plantas y generan otros efectos.
Conocido en el mundo como bombilla, sorbete, pajilla, tubito, popote, cañitas, ahora, está causando más de un problema entre los defensores de los animales marinos y que virtualmente son los más afectados de estos plásticos.
Un reporte oficial de la ONU, por ejemplo, indica que el océano contiene 18.000 fragmentos de plástico por kilómetro cuadrado.
Se estima que cada año al menos un millón de aves marinas, 100 mil mamíferos marinos y tortugas marinas mueren cuando se enredan o ingieren la contaminación plástica.
En el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), que se publicó en noviembre del año pasado, reveló que cada año van a dar al mar unos 20 millones de toneladas de plásticos, producto de la generación de basura, los rellenos sanitarios mal manejados, las actividades turísticas y la industria pesquera. Este informe agrega que los plásticos biodegradables no han reducido la basura que termina en los océanos.
Todo lo anterior provoca que animales como las ballenas y los delfines se enreden; sin mencionar el daño que ocasiona en los hábitats de los arrecifes de coral y los problemas que ocurren en la fauna marina que los ingiere.
La guerra contra Las bombillas aparenta ser un capricho ambiental, como renunciar a las bolsas plásticas a la hora de hacer las compras de mercado o supermercados, tiendas, micro-mercados o finalmente comprar pan u otro alimentos, lo primero que te entregan es un plástico, al final de cuentas es un simple artículo que puede ser reemplazado o rechazado.
Cañita, carrizo, pajita, absorbente, pitillo, bombilla, pueden sonar inocentes e inofensivos, pero todos juntos son una plaga (bombillas, vasos, bolsas, envases para comida rápida). Desde su fabricación (que suele ser contaminante) hasta que terminan en los basureros (en el mejor de los casos), van dejando un rastro de residuos.
Están en el top ten de la basura plástica en las playas; si llegan al océano, terminarán convertidos en un confeti plástico que envenena a peces y otras especies, incapaces de digerirlo. A los seres humanos también nos cuesta digerir. Las cifras y datos nos hablan del daño al medio ambiente.
Crónica Ambiental, sostiene que “Las cañitas están diseñadas para usarse por una sola persona, una sola vez, en una sola bebida. Son cómplices de un estilo de vida desechable y superfluo.
Pero no siempre fue así. Las primeras bombillas, eran tallos de centeno que se utilizaban para beber mint juleps en el siglo XIX, hasta que en 1880 un periodista e inventor llamado Marvin Chester Stone se cansó del sabor vegetal que dejaban en su bebida y decidió enrollar papel en un lápiz y pegar los extremos con goma. Después empezó a recubrir su invento con cera.
Las cañitas fueron rígidas hasta el siglo siguiente, cuando Joseph B. Friedman agregó al diseño una especie de acordeón para que pudieran doblarse. Había visto a su hija beber un milkshake con dificultad y pensó en un modo de hacerlas flexibles. Su idea fue un éxito en los hospitales —uno de los cuales hizo el primer pedido a Friedman—, donde los enfermos también batallaban para beber mientras estaban acostados.
Las bombillas eran artefactos que solucionaban problemas concretos. Después de todo, ¿quién necesita de verdad un minúsculo tubo para saciar la sed? Tal vez sólo sus usuarios iniciales: los niños y algunas personas con discapacidades físicas. Para el resto de nosotros son accesorios casi invisibles. Estamos tan acostumbrados a recibir una cañita con cualquier bebida, que ni siquiera reparamos en su existencia e inutilidad. ¿Por qué necesitamos proteger nuestros labios del contacto con el líquido que nos echamos a la garganta?”. (pan redacccion/kd)