#argentina #buenosaires #mafia #despojanaboliviano #mecuidastecuido
Inextenso (panbolivia.com) 11 febrero de 2021, Buenos Aires.- El jueves de la semana pasada y después de trabajar, el boliviano Eduardo Silva, radicado en Buenos Aires, llegó a su vivienda en la zona conocida como Campo Tongui, en Buenos Aires, cuando se dio cuenta que habían dos personas al interior. Al ingresar, los desconocidos lo expulsaron a él y a su familia de su hogar en una actitud violenta, prepotente, abusiva y de xenofobia.
Ese día Silva no tuvo otra opción que salir de su vivienda; sin embargo, contó a los vecinos lo que había pasado y estos le prometieron apoyarlo.
El domingo pasado Silva estaba decidido a recuperar su hogar. Regresó a su barrio a las 18:00 y reunió a sus vecinos con quienes se dirigió a su vivienda para expulsar a los desconocidos. Envalentonado por el apoyo, llegó hasta la puerta; sin embargo, fueron recibidos con una balacera.
En consecuencia seis personas terminaron heridas por los disparos y tuvieron que ser trasladadas hasta centros de salud. Dos de ellos tienen lesiones graves, por lo que sus familiares esperan que sean trasladados a hospitales para que su situación no se complique.
Medios argentinos reportaron que los dos usurpadores terminaron detenidos en la Comisaría Lomas de Zamora de Campo Budge.
«Las usurpaciones más antiguas y numerosas son en villas. El hecho de que no existan títulos de propiedad es un llamador para bandas de delincuentes, que suelen vender droga o guardar armas», señala un informe del periódico El Clarín de Buenos Aires.
MAFIA
El portal argentino Política del Sur señaló que se cree que los delincuentes son parte de una banda conocida como La Mafia de los Usurpadores.
En Bolivia, lo más parecido a los usurpadores son los loteadores; sin embargo, en el país vecino no solo se asientan en terrenos que no les pertenecen, sino que toman viviendas sin importar que estas se encuentren habitadas o abandonadas, reflejando la inseguridad en la que se vive en esta ciudad, donde el vandalismo no es controlado.
Después de tomar posesión de lo ajeno, los usurpadores esperan que pasen unos días o semanas para alquilar las viviendas que tomaron, en otras ocasiones las venden, comenzando de esta manera todo un drama por los propietarios que incluso deben pagar los servicios básicos cuando no habitan esa vivienda. (rc/bs/ap)