In Extenso (PAN BOLIVIA) La Paz.- Graffiteros de la ciudad de La Paz, se quejan de que la gente de la ciudad los confunden con vulgares maleantes, ya que personas mal entretenidas también utilizan el aerosol para señalar sus códigos del hampa y robar domicilios u otros, según dijo el graffitero denominado Karlus y que muchos de los jóvenes prefieren mantenerse en el anonimato, afirmando que es su estilo.
El graffitero que ronda por la zona sur, no tiene preferencia por un lugar o pared “donde se pueda le meto no más”, porque los importante es expresar la idea o si no se va de tu mente y luego nos puedes recuperarlo “donde te pesque, bueno eso por lo menos yo hago, no otros que creo lo planifican”.
Más adelante señala, que es preferible utilizar los tonos chillantes y llamativos, sino no tiene sentido pintar, que el sentido del graffitis es justamente llamar la atención “en muchos no tiene que gustar y menos que le entiendan, lo importante es que expreses tu idea. Esto no es para hacerse famoso, es una forma de mostrar una idea”, sostiene al alejarse del sitio, donde los ubicamos.
Mientras que el director de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen, el coronel Jhonny Aguilera, explicó a os medios de comunicación que los códigos delincuenciales consisten en una serie de marcas efectuadas en las fachadas con la intención de, que de manera criptográfica, se brinde información acerca de las casas que ciertas organizaciones criminales planean robar.
“Los graffitis expresan el sentimiento interior, normalmente vinculado con la expresión artística, utilizando muchos colores, ocupando grandes espacios. Las señales delincuenciales ocupan un espacio reducido, un color, rojo, azul, negro, algo muy distinto”, comenta el coronel.
Aguilera recomienda borrar estas imágenes apenas se las encuentre y poner en conocimiento a la Policía de las mismas. Aunque los códigos varían de pandilla a pandilla, muchos de estos fueron viralizados a través de las redes sociales. Entonces se cambiaron por otras técnicas como la revisión de las cuentas de Facebook de sus víctimas.
Otro graffitero identificado como Nano, agita un envase de pintura “Prefiero usar los aerosoles “truchitos”, los chinos, porque su aglutinante hace que los colores sean menos brillantes” sostienen
Agrega que utiliza de 12 a 13 tonos para un trabajo elaborado a full color y cuatro latas para una pintura bien vista en blanco y negro, “Así tiene brillo y volumen”.
Admite que pertenece a la categoría pesada de los graffitis “pesado” y empezó realizando líneas “rayando”, marcando las puertas, las paredes, “por cualquier lado”. Luego aprendió los estilos, las técnicas, la diferencia entre usar una lata con una tapa para jugar con el grosor “El graffiti siempre va a ser ilegal”.
Este arte se caracteriza por ejecutar en espacios urbanos sin permiso, y en muchos casos dañando el ornato público. “La población joven que comete actos de vandalismo y graffitea, afecta la integridad de los monumentos, las esculturas, lo arquitectónico. Hay que hacerles conocer cuál es el daño que causan, especialmente los graffitis, sobre los elementos de piedra, metálicos, porque dañan la integridad de nuestro Patrimonio”, comenta la jefa de la unidad de Patrimonio Material del municipio Patricia Vásquez.
Efectivamente los dueños de casas protestan, ya que de la noche a la mañana sus paredes y puertas amanecen pintadas y llegado el momento no hay quien quejarse, ya que no existen sanciones sobre estos hechos se realiza por las noches de la ciudad de La Paz.
Aunque la Policía, la tiene más clara, “El daño a la propiedad privada, inclusive al ornato público (se penaliza), estas personas son arrestadas, toda vez que han vulnerado una norma y esto amerita ocho horas de arresto y el arreglo del deterioro causado”, es la sanción directa.
Las autoridades asumen que algunos ciudadanos no están en contra de los graffitis, pero disgusta cuando no tienen autorización del dueño de casa o quizás, aspecto casi imposible de conseguir, debido a que normalmente los jóvenes, prefieren hacerlo de ocultas y según dicen hay que tener mucha adrenalina para pintar en el anonimato “una vez, me pescó el dueño de casa y me largo los perros, apenas pude escapar”, afirma Rojo
Precisa, que hay que diferenciar entre los maleantes que ponen sus códigos e incluso encima de nuestras pinturas y la gente considera que nosotros quizás somos cómplices o algo así. Quiero aclarar que nosotros hacemos arte no necesitamos robar a nadie…espero que lo entiendan. (kd)