#bolivia #lapazmaravillosa #chullpares #totalabandono #mecuidastecuido
D´bolea (panbolivia.com) 15 diciembre de 2020, Oruro.- Los cinco chullperios de Janco K´ala de Corque se encuentran en total abandono por parte de las autoridades de la gobernacion y no solamente se trata de estas, también hay otras en los andes orureños.
Las de Janco K´ala, datan del señorío aimara de la cultura de Los Carangas y que la mismo se encuentran en fila las cinco cámaras funerarias hechas con adobe , pero que el duro clima de la zona esta deteriorando rápidamente la estructura, en especial el viento y la lluvia que «azotan» a esta cámaras funerarias.
La gobernaciones la encargada de restaurar, pero que estos monumentos de las culturas de la región están totalmente abandonadas, ya que no las cuidan, pues estos chullpares son un motivo de turismo para el lugar un movimiento económico que podría darse.
Pero, existe una otra que ya esta tabla raza y al final quedó en el suelo, aunque esa esta tenía más piedra que adobes, ubicado a lado de los cactus de la poblacion de Janco K´ala, Ayllu Pumas.
CRONISTAS
De acuerdo a informes proporcionados por los cronistas, sabemos que los antiguos aimaras enterraban a sus difuntos «gentiles» en torres y otras vforma de chullpas.
A manera de información, tomaremos las citas de los más importantes cronistas. Cieza de León escribió:
«La cosa más notable de ver que hay en este Collao, a mi ver, es las sepulturas de los muertos. Cuando yo pasé por él, me detenía a escribir lo que entendía de las cosas que había que notar destos indios. Y verdaderamente se admiraba en pensar cómo los vivos se daban poco por tener casas grandes y galanas, y con cuanto cuidado adornaban las sepulturas donde debían enterrar: como si toda su felicidad no consistiera en otra cosa; y así, por las vegas y llanos cerca de los pueblos estaban las sepulturas destos indios, hechas como pequeñas torres de cuatro esquinas, una de piedra sola y otras de piedra y tierra, algunas anchas y otras angostas; en fin, como tenían la posibilidad o eran las personas que los edificaban. Los chapiteles, algunos estaban cubiertos con paja; otros, con unas lozas grandes; y pareciendo que tenían las puertas estas sepulturas hacia la parte del levante»(l984:275 y ss.).
Según el libro de Teresa de Gisbert, el escritor también Polo de Ondegardo además de describir los enterramientos, explica que las torres chullpas seguían en uso durante la colonia. Este cronista, hacia 1571, nos dice: 436 «Es cosa común entre indios desenterrar secretamente los defvntos de las iglesias, o ciminterios, para enterrarlos en las Huacas, o cerros, o pampas, o en sepulturas antiguas, o en su casa, o en la del mesmo defvnto, para dalles de comer y bever en sus tiempos. Y entonces beven ellos, y baylan y cantan juntando sus deudos y allegados para esto» (1916:194). Revista Andina, Año 12
Gisbert afirma sobre El señorío de los Carangas y los chullpares del Río Lauca y añade refiriéndose a collas y puquinas y otras naciones de indios: «Suelen principalmente los Curacas, cuando mueren, enterrar consigo, según su costumbre, comida y bebida y vestiduras, o otras cosas semejantes: creyendo que despues de muertos se an de aprovechar dello. Otros cuando mueren suelen mandar a los suyos, como por testamento, no entierren sus cuerpos en las Y glesias, donde entierran los Christianos: y si los entierran allí por miedo de los Sacerdotes, los saquen despues de enterrados, y los lleven a los sepulcros de sus mayores (1916:207)».
Pedro Mercado de P. (1583) en sus «Relaciones Geográficas de Indias» se refiere a la conservación de la chullpa o individuo a ser enterrado en el párrafo siguiente : «la manera que tenían estos Pacaxes para enterrarse, era sacar las tripas al difunto y las echaban en una olla y las enterraban debajo de tierra junto al cuerpo liado con unas sogas de paja. Y las sepulturas eran fuera del pueblo, cuadradas y altas, a manera de bóveda, y el suelo empedrado, y por arriba cubiertas con unas losas, y por de fuera pintadas con algunos colores. Y al difunto le enterraban los mejores vestidos y ofrecían mucha comida y agua y daban de comer a los indios que se hallaban en el entierro, y hacían al difunto gran llanto, y las mujeres se imbijaban y se cubrían de luto con mantas negras la cabeza»(1965:I, 339).
Mientars que Goorge Squier, en el relato de su expedición arqueológica realizada entre 1863 y 1865 nos dice: 438 observamos un conjunto de torres sepulcrales, parecidas a las que habíamos visto 10 kilómetros más abajo, en Palca … Estas chullpas constan, fundamentalmente, de una cámara o excavación de tierra, de más o menos de 1,20 metros de profundidad y 90 centímetros de diámetro, cerrada con un muro de piedras toscas. Un rústico arco de piedras convergentes y superpuestas, rellenadas o unidas entre sí con arcilla, se elevaba sobre esta cámara con una abertura apenas lo suficientemente grande para dejar pasar el cuerpo de un hombre, al mismo nivel de la superficie del suelo, hacia el este. Sobre este cono hueco se elevaba una masa sólida de arcilla y piedras, que en la chulpa particular que ahora estoy describiendo como representativa del conjunto, tenía 4,8 metros de altura, planta rectangular, de 2,3 metros en el frente y 1,8 metros en los lados. La superficie había sido revestida de arcilla y sobre ésta había una capa de arcilla o estuco más fino y más fenaz, de modo que presentaba una superficie suave e incluso pareja. A una altura de 4,2 metros hacia una comisa o saliente de 1 O cms. y de unos 15 cms. de espesor vertical, fonnada con una capa de compacto ichu o gruesa hierba de la montaña, colocada horizontalmente y cortada en fonna muy pareja, como con tijeras. Encima de ésta reaparecía el cuerpo de la chullpa, algo desgastado por el tiempo y el clima, hasta la altura de Revista Andina, Año 12 .
EL SEÑORÍO DE LOS CARANGAS
«Hemos constatado la existencia de vasos keros incrustados en la pared de las chullpas sobre el vano de ingreso. Creemos que estos vasos de madera, que hoy sólo muestran la base como si la parte superior hubiera sido expresamente destruida, son vasos libatorios propios de la ceremonia funeraria que una vez utilizados se dejan allí. Su número (dos o cuatro) puede indicar la posición que en la sociedad ocupaba el difunto; tal vez Urin o Hanan, o el carácter femenino o masculino del personaje, esto último con menos probabilidad, pues las mujeres eran sacrificadas junto con los caciques y enterradas con él, y la esposa principal también lo acompañaba».
Las piezas de madera incrustadas sobre las entradas de los recintos funerarios o gentilares son de la misma manufactura que los vasos en madera llamados «kerus». (Nota respetamos la escritura original de los documentos) rc/md