IN EXTENSO (Por: Gerardo Ichuta I.).- El tercer domingo de marzo, es la fecha acordada, para desarrollar un festival que congrega a muchas manifestaciones culturales de la provincia Yamparaez de Chuquisaca/Bolivia y regiones aledañas. Recibe el nombre de Pujllay y fue instituido por el Comité Departamental de Desarrollo y Obras, Públicas, el párroco Edgar Torrelio y las centrales y sindicatos de campesinos del lugar.
Carnaval, tiempo de juego
Si bien se conoce también con el nombre de Pujllay (JUGAR-Q´ueswa) uno de los bailes que se presenta en dicho evento, dicha palabra quechua traducida al español significa juego y está asociada al tiempo de los carnavales. Con este nombre también se conoce a otras manifestaciones de otras áreas de habla quechua de Bolivia y Perú como ser el pukllay de Chiaraje en Cusco que tiene otras connotaciones.
Después de una misa celebrada en las inmediaciones de la ex estación de trenes, se da inicio a un pasacalle o demostración de baile por las calles y la plaza principal para luego atravesar toda la avenida 6 de agosto, donde abundan las chicherías y finalizar con una demostración especial frente al palco instalado en el campo deportivo de la localidad y este es el momento crucial para poder obtener el primer lugar en el concurso que es el motivo principal de la concurrencia de los diferentes conjuntos.
A pesar de que Tarabuco cuenta con su fiesta patronal en honor a la Virgen del Rosario, el 6 de octubre, el Pujllay de Chuquisaca, sin duda alguna, el acontecimiento que mayor promoción recibe del Municipio y la Gobernación y esto se hace visible por la gran cantidad de visitantes nacionales y extranjeros.
El Pujlllay, el baile estrella de la jornada
Como expuse líneas arriba, el pujllay está asociado al carnaval, como un hecho cultural y se manifiesta en las pandillas de jóvenes y mozas que, a lomo de caballos, durante los días de carnaval, van visitando casas y haciendas, llevando música y baile, siendo recibidos por los anfitriones con atenciones en comida y bebida y obsequios de la pucara armada para el caso, de la cual hablaré luego, así lo describe Felipe Costas Arguedas en su libro Folklore de Yamparaez y también hace notar el juego con mixtura y harina, manzanas verdes y pedazos de queso. De esta manera aún se lleva a cabo, el carnaval en esta provincia, pero el baile del pujllay parece estar ausente y sería bueno tener estudios más profundos de este singular baile que concita la atención de mucha gente que se da cita en Tarabuco.
La tradición popular señala que es una rememoración a la batalla de Jumbate en la que los yamparas derrotaron a las fuerzas realistas durante la época independentista. Según lo que pude percibir, después de haber visitado innumerables fiestas auténticas en Bolivia y Perú, no vi un baile tan formal, asociado al carnaval. Por la estructura de los danzantes y algunos detalles en la ropa, me atrevo a asegurar que fue un baile de tipo religioso o sea para los santos católicos. El que sea prácticamente exclusivo del sexo masculino, el que se dé sólo cabida a cuatro mocitas adelante, muy típico de danzas autóctonas de tipo religioso, el uso de campanillas en el sincho o cinturón de cuero, la cofia que son esas dos bandas de tela blanca profusamente bordadas que penden en la espalda de los danzantes y el uso de pañoletas como también las monedas y cintas en la frente de las muchachas parecen confirmar mi hipótesis.
Por la fastuosa vestimenta, que incluye tejido Yampara, muy elaborado, por cierto, es el centro de atención del festival que incluye otras manifestaciones dancísticas. El marco musical está compuesto por una tropa de músicos que tocan pinquillos de un solo tamaño, excepcionalmente algunos músicos tocan el tocoro, un pinquillo de mayor tamaño y con una canícula adaptada para que pueda ser soplado. La música del pujllay es un tanto melancólica y carece de percusión, salvo por el sonido de las espuelas de los danzantes que marcan el ritmo de la música.
Un concurso de contrastes
Aparte del pujllay, la pinkillada, del sector de Tinquipaya que es un baile carnavalesco con música muy autóctona y de tierras altas, le hace la competencia a las pandillas mestizas con música de guitarras y acordeón de los valles como Icla.
Estas dos expresiones genuinamente carnavalescas, hacen gala de algarabía y mucho brío al ejecutar el zapateo, levantando polvareda y no es para menos pues los premios son todo lo que cuelga de una pucara gigantesca armada para premiar a los concursantes. Productos agrícolas entre los que se puede apreciar frutas y mazorcas de maíz, productos procesados, piezas de carne de res y otros están acomodadas de tal modo que la pucara ostenta con arrogancia.
Evento que merece ser visitado
Al concurso se suma la venta de artesanías y productos agrícolas en la plaza principal y también la venta de comida típica como lo es tradicional mondongo chuquisaqueño y las humintas recién horneadas. Entre las bebidas no pueden faltar las típicas horchatas y la chicha de maíz.
El tejido Yampara de gran calidad es uno de los artículos de gran demanda de los visitantes. Todo esto hace que valga la pena visitar Tarabuco que está a dos horas aproximadamente Sucre. Tercer domingo de marzo, es el día, hay que ir. LA PAZ/CAMINANTE-cultura/ PAN Noticias/ gerard.ichu@gmail.com