IN EXTENSO.- Directivos de la casa editora del periódico Los Tiempos de Cochabamba ratificaron hace poco su denuncia en torno a una campaña de asfixia económica y presión política contra el diario a través de controles impositivos y administrativos “frecuentes” y desproporcionados, la imposición de multas y sanciones, la exclusión de la pauta publicitaria estatal y el hostigamiento de parte de un empresario allegado al gobierno y partido oficial, Movimiento al Socialismo (MAS), entre algunas acciones.
Sin embargo hay que recordar también que el mismo procedimiento de aplicó el periódico El Diaro de la ciudad de La Paz, en la gestion de Evo Morales, que intento por todos los medios de adueñarse políticamente con el MAS, fue cuando los trabajadores salieron a las calles para defender sus fuentes de trabajo. No es la primera que actúa de esta manera el gobierno masista.
En esa oportunidad incluso dijo a las empresas para que los pagos de facturas del Decano de la Prensa Nacional sea derivada a impuestos, caso contrario podría ser sancionados de no hacerlo e incluso amenazaron sancionar a las empresas que trabajen con El Diario entre algunas aspectos.
Es la misma situación de los Tiempos de Cochabamba que reiteraron que el propósito de estos “ataques sistemáticos”, tanto directos como indirectos, como lo denunciaron ante la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), es “apoderarse” del medio con un mínimo pago y convertirlo en “una caja de resonancia del poder”.
La rueda de prensa, ofrecida por los directivos de Editorial Canelas S.A. junto a representantes sindicales y personal de Los Tiempos, fue convocada para dar a conocer directamente sus denuncias, que la SIP las hizo públicas el miércoles a través de un comunicado en el que la organización hemisférica expresa su preocupación y alerta en torno a la “campaña” contra el diario cochabambino.
La Asociación Nacional de la Prensa (ANP) que representa a los principales diarios, periódicos y medios de comunicación escritos de Bolivia, se sumó a la preocupación de la SIP y rechazó toda forma de presión o coacción al funcionamiento de las empresas periodísticas, porque representan un atentado a las libertades de expresión y de prensa.
“Las denuncias que realiza el medio asociado (Los Tiempos) se inscriben en la línea de las historias de permanente acoso estatal que la ANP publica, desde el año 2010, y que generan un estado de debilidad financiera en las empresas periodísticas independientes”, manifiesta el comunicado de la ANP, emitido el miércoles.
El director del periódico, Marco Zelaya, manifestó que a la exclusión de la pauta publicitaria estatal, dispuesta desde hace años para asfixiar económicamente al periódico, en el último tiempo se han sumado acciones indirectas, como controles impositivos permanentes, que es poco usual, y la intervención de la Autoridad de Fiscalización de Empresas atribuyéndole deudas multimillonarias, además de acciones “infundadas” de la justicia.
“El punto central, es que todos estos ataques vienen, según nos dice un abogado representante en el Directorio del empresario ligado al MAS, Eduardo Valdivia –accionista minoritario de la casa editora-, para hacerse de la empresa en un precio irrisorio”, manifestó Zelaya.
El presidente del Directorio y gerente de Editorial Canelas, Mauricio Fuentelzas, afirmó que todas esas acciones quieren claramente “ahogarnos financieramente, que no contemos con recursos para seguir con nuestras actividades, y obligarles a vender el periódico. “No está a la venta”, precisó.
Dijo que como consecuencia de la pandemia, que golpeó duramente a todos los medios de comunicación en el mundo, el diario fundado en 1943, arrastra deudas con sus trabajadores y otras obligaciones; por ello para saldar esos compromisos pusieron a la venta sus bienes improductivos, pero la “justicia se ha prestado a ser parte de esa asfixia, inventándose resoluciones absurdas y temerarias”, obstaculizando su enajenación.
Según la secretaria ejecutiva del Sindicato de Trabajadores de Editorial Canelas, Vivian Omonte, la empresa les adeuda seis meses de salarios y el personal está sufriendo los efectos de las presiones contra el periódico, razón por la que se declararon en estado de emergencia.
Según Zelaya, Los Tiempos no va “doblegarse” ante todas las presiones y no se va permitir que un periódico, con casi ocho décadas de trayectoria e ícono de Cochabamba y del periodismo independiente, sea portavoz de un partido político, gobierno o empresario.
Otras organizaciones que representan a los periodistas del país, como la Asociación Nacional de Periodistas de Bolivia (ANPB) y la Asociación de Periodistas de Cochabamba (APC) y personalidades políticas expresaron su solidaridad con Los Tiempos y rechazo a toda forma de asfixia y presión política contra los medios de comunicación.
(panbolivia.net/WordPress) 15/8/22, La Paz.
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