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D´BOLEA (PAN BOLIVIA-WordPress) enero 15 de 2022, La Paz.- Cientos de migrantes que construyeron un moderno estadio para la Copa Mundial de Fútbol de 2022 en Qatar sufrieron abusos y explotación. Mientras la FIFA obtuvo enormes beneficios, según una denuncia de Amnistía Internacional.
En su momento pidieron a la FIFA y patrocinadores que actúen inmediatamente para proteger a los trabajadores migrantes de Qatar frente a los abusos de los trabajadores que en más del 90% fueron migrantes, sin muchos derechos, indocumentados, presionados, chantajeados y amenazados para acelerar las obras.
Se trata de migrantes procedentes de Bangladesh, India y Nepal que trabajaron en la reforma del emblemático estadio Jalifa y el ajardinado de las instalaciones deportivas y zonas verdes circundantes. La denominada “Aspire Zone”, donde fueron explotados.
Algunos fueron objeto de trabajo forzado. No pueden cambiar de trabajo, no pueden salir del país y tuvieron que esperar meses para cobrar sus salarios. Mientras, la FIFA y sus patrocinadores, empresas de construcción implicadas se obtuvieron ingentes beneficios económicos, bajo el pretexto del Mundial.
Muchos migrantes buscaban trabajo en Qatar para huir de la pobreza y el paro en países como Nepal, Bangladesh e India. Pero, para conseguir empleo deben pagar elevadas comisiones. Los trabajadores expresaron que habían tenido que pagar sumas que iban desde 500 a 4.300 dólares estadounidenses a contratistas sin escrúpulos en sus países de origen. Muchos de estos endeudados, por lo que no pudieron dejar su empleo cuando llegaron a Qatar.
CONDICIONES
Normalmente, los trabajadores soportaron condiciones de hacinamiento y de falta de higiene y seguridad en sus alojamientos. Vimos a hombres durmiendo en literas en habitaciones para ocho o más personas. Sin embargo, el derecho qatarí y las Normas para la Protección de los Trabajadores permiten como máximo cuatro camas por habitación y prohíben el uso compartido de camas y el uso de literas.
SALARIO MENTIROSO
Los agentes de contratación, además, hacen hicieron promesas respecto al salario que recibirían los trabajadores, y sobre la clase de empleo ofertado. Los 300 dólares al mes que a un hombre de Nepal le habían prometido que iba a cobrar resultaron ser sólo 190 una vez que empezó a trabajar en Qatar. Cuando los trabajadores explican a la empresa que les habían prometido un salario superior, ésta se limita a hacer oídos sordos. Así lo recuerda Mushfiqur, jardinero de la Aspire Zone: “El gerente sólo dijo: ‘Me da igual lo que te hayan dicho en Bangladesh. Cobrarás este sueldo y nada más. Si sigues protestando les diré que cancelen tu visado y te manden de vuelta a casa’”, según denunció Amnistía Internacional.
SALARIOS RETRASADOS
A veces no se pagaron sueldos durante varios meses, situación que provocó consecuencias desastrosas, ya que los trabajadores no pudieron pagarse la comida, enviar dinero a sus familias menos hacer pagos sobre préstamos asociados a la contratación. Una situación que a muchos los llevó al borde de la desesperación.
“Mi familia se ha quedado sin techo y a dos de mis hijos pequeños los han sacado de la escuela. Cada día estoy en tensión, no consigo conciliar el sueño. Es una tortura para mí” según la versión de uno de los obreros.
Mostramos cómo las empresas de construcción encargadas de las obras para la Copa Mundial de 2022 abusaron de los trabajadores migrantes e incumpliendo el propio derecho laboral de Qatar.
EL LADO ESPANTOSO DE UN HERMOSO JUEGO: Cifras
Más de 90 millones de dólares para una empresa, Six Construct, por la reforma del estadio Jalifa (Khalifa).
Más de 35 millones de dólares para Eversendai, principal subcontratista, por el estadio Jalifa (Khalifa).
2.000 millones de dólares de ingresos de la FIFA en 2014
220 dólares salario medio mensual de los hombres entrevistados que trabajaron en el estadio Jalifa (Khalifa). Datos: A.I.
AMEDRENTADOS
Algunos empleadores no expidieron o renovaron el permiso de residencia a sus trabajadores. A pesar de que están obligados a hacerlo según el derecho qatarí. Con estos documentos de identidad, los trabajadores pueden demostraron que tienen permiso para vivir y trabajar en Qatar. Sin ellos, pudieron ser encarcelados o multados. Por esta razón, algunos de los hombres que trabajaron en las obras del estadio Jalifa tienen miedo de aventurarse más allá de la zona de obras o del campamento donde vivieron los trabajadores.
CHANTAJEADOS
Amnistía Internacional, afirma que los empleadores (albañiles y otros) habían confiscado el pasaporte a los trabajadores con los que hablamos. De hecho, si quieren salir de Qatar, deben conseguir un “permiso de salida” aprobado por su empresa. Pero los empleadores suelen hacer caso omiso de estas solicitudes, o incluso amenazan a los trabajadores, diciéndoles que no pueden marcharse hasta que termine el contrato, lo que podría significar otros dos años.
“Aún recuerdo mi primer día en Qatar. Prácticamente, lo primero que hizo (el agente) fue quedarse mi pasaporte. Desde entonces, no lo he vuelto a ver”, recuerda uno de los empleados.
AMENAZADOS
Si los trabajadores se quejaban de las condiciones o pedían ayuda, normalmente eran intimidados y amenazados por sus empleadores. Así nos lo contó un migrante que trabajaba en las obras del estadio Jalifa: “Fui a la oficina de la empresa, le dije al gerente que quería irme a mi casa [en mi país] porque siempre recibía la paga con retraso. Me dijo a gritos: ‘Sigue trabajando o no te irás nunca’”.
Mohammad, que trabaja en el mantenimiento de zonas verdes de la Aspire Zone, explicó: “La empresa tiene mi pasaporte. Si cambia mi estado de financiación, me enviarían de vuelta y tengo una gran deuda pendiente. El campamento no está bien, dormimos ocho en una habitación; son demasiados. Pero no puedo quejarme me echarían del trabajo”.
TRABAJO FORZADO
Una de las empresas que contrataron trabajadores para el proyecto del estadio Jalifa sometió a trabajo forzado a sus empleados. Quienes se niegan a trabajar debido a las condiciones son amenazados con deducciones de la paga o con ser entregados a la policía para su expulsión sin recibir el sueldo que les corresponde.
Un gerente dijo: ‘Estos hombres están dando problemas, son unos vagos. Vigílenlos de cerca. Si no se presentan a trabajar o intentan escapar, den parte de ellos a la policía’.
Organismos como Human Right Watch acusaron a Qatar de obligar a sus obreros a trabajar entre 16 y 18 horas diarias, 7 días a la semana, soportando temperaturas que alcanzan los 50 grados. (rc/bs/ai/tm)