IN EXTENSO.- Varios camiones de del Transporte de Carga Internacional sufre las consecuencias de la militarización abusiva de Chile en la frontera entre Chile y Bolivia, y la demora por días en el sector de Colchane que continúa, donde varios camiones se encuentran varados al igual que en la frontera con el Perú por diferencias políticas, en el cual nada tienen que ver los choferes de larga distancia.
Al región chilena, sin previo aviso militarizaron la fronteras y ni siquiera respetan el retiro de frontera de ambos lados y actualmente los militares chilenos se encuentran en la plena raya de la frontera entre Bolivia y para el colmo no comunicaron a Bolivia del movimiento y según los convenios internacionales deberían hacerlo.
Hasta parece irónico en la Aduana boliviana solo hay un funcionario y Migración también, uno solo, quienes obviamente no se abastecen.
La frontera con Chile de manera constante y sistemática perjudica al comercio exterior de Bolivia, tras haberle arrebatado e invadido al mar boliviano, bajo una apariencia de incorruptibles en el control de la frontera, sin embargo en el fondo existen varios camiones detenidos y esperando por días seguir la ruta para dejar los transportado. Mientras que en el Perú la cosa es diferente ya que el sector puneño sigue con los bloqueos, ya que pide la liberación del expresidente corrupto Pedro Castillo.
Los conductores en ambos casos se afirman que tardan en pasar con sus camiones entre 3 a 4 días, (claro en el Perú es diferente ya van semanas) por lo que algunos productos como la soya y el aceite corren riesgo de dañarse debido a la espera, a esto se suma las fechas de entrega con la que cuentan los conductores.
Los grave del asunto es que la documentación se vence, en caso de que no pases, para que renueve la empresa en Santa Cruz hay que esperar casi un mes o 28 días, y aparte, por toneladas, hay que pagar la multa a la Aduana boliviana, sostienen los choferes que están parados en la frontera con Chile.
Los transportistas piden al personal de la Aduana y Migración, de ambos países, agilizar los trámites para evitar perjuicios. La situación se puso caótica en Pisiga y Colchane desde la militarización de la frontera, que en todo caso es evitar que ingresen más migrantes, pero el transporte debió continuar con fluidez. Bolivia sigue dependiendo de esa ruta y que hasta hora no puede resolver el tema durante decenas de años y gracias al comercio bolivianos casi todo el sector norte come y se mantienen de los chilenos.
Los migrantes denuncian que los pasajes en buses triplicaron su costo para pasar de Pisiga a Chile, por lo que también piden un control, aunque el asunto pasa porque Bolivia se ha convertido en paso para llegar a chile de ciudadanos del norte sudamericano y centroamericano.
Las pérdidas se multiplican en la cadena del comercio exterior al atrasar la llegada de mercadería a los puertos antes boliviano ahora chileno, donde el aparato productivo nacional también se ve afectado, situación por la que los transportistas no tienen muchas soluciones y pero el gobierno de Luis Arce que en ambos casos no gestiona y menos enfrenta el tema y deja que los ciudadanos caminen huérfanos sin gobiernos que los defienda. La Cancillería más que diplomacia es convertido en un centro de operadores políticos en el exterior para Luis Arce al igual que hizo Evo Morales con dinero de los bolivianos y ahora es rico nadie sabe con qué dinero o de dónde. rc/bs/hj/md