*InExtenso-Panbolivia, estuvo visitando la residencia de esta famosa pintora mexicana, enigmática, romántica, pero con una fortaleza impresionante de superación personal. Se trata de la Casa Azul, ubicada en el barrio o colonia de Coyoacan.
POR: MARIO DAZA CASTELLÓN
InExtenso (PAN BOLIVIA) Ciudad de México.- Sus obras calificadas como surrealista, la artista mexicana Frida Kahlo, fue de las plásticas que no pintaba sueños sino realidades como: desgracias, bellezas, creatividad en objetos, ropa, además el ingenio de mostrar su vida externa e interna en lienzos. Pero también expresar la gran fortaleza de vivir y superar las afecciones que provocan el entorno.
InExtenso, tuvo la oportunidad de visitar la Casa Azul, denominada de esta manera, porque a parecer su imaginación le llevaba al cielo para inspirarse y plasmar sus obras.
Una historia de dolor e impedimentos físicos propició la creatividad de Frida por los frescos, pues a sus 18, “sufrió un trágico accidente: el autobús en el que viajaba fue arrollado por un tranvía, hecho que tuvo graves consecuencias en sus huesos y espina dorsal” y producto de esa situación ideó y diseño objetos ortopédicos para mejorar su condición de minusválida, mostrando la fortaleza interna de esta magnífica artista que refleja y deja el mensaje que el ser humano puede superar cualquier situación, sea física o mental.
Debido a la inmovilidad de los primeros meses fue que comenzó a pintar. Así se relacionó con varios artistas, entre ellos la fotógrafa Tina Modotti y el reconocido Diego Rivera, con quien en 1929 contrajo matrimonio, pero que los insabores de la infidelidad calaron fuertemente en los sentimientos de la pintora, pero que tuvo que asumir otras actitudes para superar esas afecciones que calaban profundamente su ser.
El hábitat de esta magnífica artista en el barrio de Coyoacan y que virtualmente es uno de los más antiguos de la ciudad de México. La gente de lugar se siente está muy agradecida, pues su fama en el mundo, le dio movimiento económico al barrio con la venta de pinturas, artesanías y souvenirs y otros.
Frida Kahlo durante su vida conoció a Pablo Picasso y André Bretón; fue amiga del revolucionario ruso León Trotsky y del poeta Pablo Neruda. Su casa recibió a escritores, artistas, directores de cine, médicos, políticos, fotógrafos y otros similares, con quienes y en medio de tertulias, ilustró sus obras con caminatas en sus jardines, seguramente.
Su pintura va del autorretrato a las naturalezas vivas; de los cuadros de nacionalistas a revolucionarios marxistas para su época, donde los conceptos teóricos ingresaban con fuerza a América, en especial a México. Ese momento político es reflejado por Kalho, además de un testimonio muy fuerte de su condición femenina, retratando con dureza el nacimiento del ser humano, aunque tal vez, intentó reflejar la nula posibilidad de embarazarse y en consecuencia una frustración que efectivamente refleja en algunos de sus cuadros.
LAS VISITAS SON MASIVAS
La casa muy visitada por cientos de personas a diario, está ubicada en el barrio de Coyoacan de la ciudad de México, pero que en definitiva el lugar debería llamarse Frida, ya que la plaza del sector y el mismo mercado de artesanías está dedicado a la pintora, porque usted puede encontrar desde cuadros, poleras, mantillas, adornos y un serie de recuerdos hechos por los mismos habitantes.
Cuando uno tiene el privilegio de conocer su hogar, descubre la intensa relación que existe entre temperamento de la artista, sus pinturas y el ambiente casi libre, si no fue por los límites de su domicilio.
La Casa Azul, lugar en el que nació y falleció y al casarse con Diego Rivera vivió en varios lugares en la Ciudad de México y en el extranjero, pero siempre retornó a su origen a su casona de Coyoacán, como si completará su oxígenos.
Ubicada en uno de los barrios más bellos y antiguos de la Ciudad de México, la Casa Azul fue convertida en museo en 1958, cuatro años después de la muerte de la pintora. Hoy es uno de los museos más concurridos en la capital mexicana.
La llamada Casa Azul Museo Frida Kahlo es el lugar donde los objetos personales develan el universo íntimo de la artista latinoamericana más reconocida a nivel mundial. En esta casona se encuentran algunas de las obras importantes de la artista: Viva la Vida (1954) con escritura en una sandía, Frida y la cesárea (1931), Retrato de mi padre Wilhem Kahlo (1952), entre las que revelamos en la edición de hoy.
Se puede observar en su estudio: el caballete, las sillas que aún permanecen de manera ordenada los pinceles de todo espesor, pinturas en frascos en medio de ventanales con vistas siempre al jardín.
El dormitorio, la cocina, y un área de descanso que seguramente hacían las veces de recepción de visitas, pero la sala era la presentación del jardín si se quiere el primero, ya que el mismo está a la entrada y otra casi al finalizar o al fondo.
Tres años después de la muerte de la amiga de Diego Rivera y mecenas Dolores Olmedo (2007), “quien presidía un fideicomiso que administraba el museo- salieron a la luz pública más de 28.000 nuevos documentos, 6500 fotografías, impresos y grabados, objetos personales, casi 300 prendas de vestir de Frida y corsés, y más de 400 dibujos y obras. Éstos habían permanecido guardados en los baños y bodegas de la casona, a pedido de Diego Rivera”.
DATOS
Frida expuso sus frescos en vida en la Julien Levy Gallery, en Nueva York (1938); en la Galerie Renou et Colle, en París (1939); en la Galería de Arte Mexicano de Inés Amor, en la Ciudad de México (1940); en la Exhibición Internacional de Surrealismo, y en la Galería de Arte Contemporáneo de Lola Álvarez Bravo (1953).
El Museo del Louvre adquirió uno de sus autorretratos más cotizados. También en México, Frida recibió el Premio Nacional de Pintura. Hoy su obra se ha colocado en un lugar importante del mercado del arte, y sus cuadros se encuentran en numerosas colecciones privadas de México, Europa y Estados Unidos. (biografías y vidas).