Calle mil gradas une La Paz-El Alto
Muy tradicional en el trajín del paceño, además, une las dos ciudades de La Paz y El Alto, se trata de la calle de las Mil Gradas, ubicada en la ladera Oeste, pegada a la Ceja de El Alto, aunque no es la única calle con cientos de gradas, pero se distingue, porque es la más larga y tiene más de mil gradas, partiendo desde Alto Tejar y de bajada desde la imagen del Corazón de Jesús, todo un ícono para los paceños, que une ambas ciudades.
Fue más de una hora de caminata, subiendo gradas y gradas en medio de los perros, apostados casi en cada puerta, una sola avenida asfaltada en Barrio Lindo la divide en la parte superior (antes era de corrido).
Fue una experiencia agotadora ya que logramos subir y luego bajar, sin embargo es todo un desafío diario para muchos ciudadanos el utilizar esta calle que de bajada se puede hacer en 35 minutos los peldaños empinados, en realidad es un atajo que conecta El Alto con el Cementerio General.
En la medida que uno sube y descansa, el único consuelo que tiene son las hermosas vistas panorámicas de la ciudad de La Paz y se puede apreciar del esplendor de la Ciudad Maravilla en su arquitectura, caprichosa, desafiante, poco común en Sudamérica. Las edificaciones provocan la imaginación de los arquitectos que nos les debe temblar la mano para diseñar y menos para construir.
ENTRE BARRANCOS
La calle, así la consideran los vecinos, es caminito angosto zigzagueante y continuo, los descansos son obligatorios y las casas están ubicadas en el primer tramo a la derecha, pues a la izquierda está el barranco. Comenzando desde Barrio Lindo (donde se tiene un puesto policial) hacia arriba la posición de la casa cambia a la izquierda y el barranco se ubica a la derecha con vista al barrio 23 de Marzo, pero no se pierde la vista fantástica de toda la ciudad de La Paz hasta llegar a la imagen del Corazón de Jesús en la Ceja y donde en fila están ubicados los saumerios.
La ruta desafía a sortear dificultades, muy transitada por los vecinos, escolares, pero también para los ciudadanos que bajan a trabajar en la ciudad. Entre medio de callejones y en algunos casos estos tiene un metro y medio de ancho de entrada hacia las “calles” que ingresan al sector de la casas.
Algunos vecinos reconocen que transitar por las noches es de alto peligro, porque suben indigentes y alcohólicos y los perros son los únicos que hacen su labor, pero de día es tranquilo.
Las casas colindantes en medio de las gradas de cemento, bordeadas, en algunos tramos, con barandas y postes de luz modernos que irrumpen las noches.
ERA UN CAMINO DE HERRADURA
Entre 50 a 80 años atrás o quizás más, la mil gradas era un camino de herradura o sendero de tierra, luego gradas precarias (era un calvario para subir al Corazón de Jesús, pues los paceños lo hacían como un peregrinaje), con el mismo propósito de unir ambas ciudades, reduciendo el tiempo en la distancia y efectivamente cumple esa función la Mil Gradas, es una otra alternativa de subir o bajar entre las ciudades
Uno de los vecinos don José Choque de unos 60 años, recuerda que cuando vino a vivir en la ladera Este “Era un calvario hacia el santo –Corazón de Jesús- yo conocía de esa manera. Pero mis abuelos contaban que era un sendero que utilizaban los ferroviarios que vivían en la Buenos Aires y subían para atender en la Ceja a los ferrocarriles, porque en El Alto no había viviendas. No es la única, hay otra por Tembladerani”.
Añade, que no es el único con gradas, por el sector de Llojeta y las Lomas hay otras gradas modernas que tienen la misma función “por la pendiente no hay vías, y la calles de subida o bajada son las miles de gradas que une ambas ciudades en todo el sector de la ladera Oeste. Usted puede ver debajo de los teleféricos modernos que las calles de está ladera está, saturada de gradas, pero las Mil Gradas son las más antiguas por las vistas panorámicas hacia la ciudad.
DE SUBIDA
En los primeros tramos son más largas la paradas y según va subiendo las mismas son más frecuentes y la respiración se agita, pero compensado por las vistas paisajistas de ciudad. Mientras el viento de la cordillera circula y penetra ante el sol de invierno que no calienta sino quema.
No es posible subestimar esta subida casi interminable, sol, viento, subida, frío, la boca seca, la vista se nubla de cansancio y recordé de repente que los paceños somos hombres de montaña y estamos acostumbrados a esos cambios climáticos durante el año.
Al final la Mil Gradas se convirtió en un reto personal y superarlo fue el desafío, aunque llegado el momento me temblaron las piernas y quise desertar del recorrido escalonado, pero no tienes muchas opciones que seguir y al arquitecto que diseño las gradas siguió el mismo criterio seguramente.
En algunos sectores están descuidadas las gradas, por la basura de los vecinos, donde anidan los perros de la zona.
En la medida que subes la altura hace su labor, reduciéndote físicamente. Llegando a la Ceja el frío se intensifica y la respiración se acorta, porque llegas a 4.087 m.s.n.m., siendo la segunda ciudad más alta del mundo, pues la primera está ubicada en el Perú, se trata de La Rinconada a 5.200 metros.
CORAZON DE JESÚS
Desde el monumento Sagrado Corazón de Jesús la hoyada paceña se puede apreciar en sus texturas asimétricas de arquitectura construida más en ladrillo y cemento, cobijada de cerros y corte cadete de los eucaliptos en los picos, que de a poco esta vegetación va desapareciendo
Desde el mirador se pueden identificar el Cementerio General, la zona de Alto Obrajes, Alto Tejar, Pampahasi, Miraflores, Achachicala, zona sur, el Illimani, el desfiladero de edificios del centro de la ciudad, ladera Este y la misma cordillera.
La parte alta es la más reconfortante, es un premio al esfuerzo; piernas doloridas, respiración entre cortada y los músculos flaquean para los que no están acostumbrados hacer ese trajín lo que para otros es una simple rutina y que muy pocos aprecian del paisajismo de las panorámicas y el arquitecto que diseñó las gradas puso especial reparo en los descanso con vista a la ciudad, bien de subida o bajada.